La digitalización del odio

En los últimos diez años, las compañías de redes sociales de Silicon Valley se propagaron en el mundo. Pero, parece que no entendieron las consecuencias negativas de su creación. Las redes sociales “están envalentonando a la gente para que cruce los límites”, advierte Jonathan Albright, docente de la Universidad de Columbia.

Twitter, WhatsApp, Facebook, Instagram y YouTube son la forma de comunicación más difundida para contactos, trabajo, amistades y entretenimiento. Las redes sociales materializaron la “aldea global” que pronosticó MacLuhan en 1969.

Pero, también son instrumento de odio, persecución y violencia, causados por cuestiones políticas, étnicas, religiosas, sexuales o de otra índole. Términos conocidos como el ciberacoso lo evidencian, con incidentes (grabados en teléfonos inteligentes en cualquier sitio) que producen respuesta violenta contra cualquiera, por su comportamiento o actitud.

¿Las redes sociales hacen agresiva a la gente? Es posible que las personas en su trato personal sean unas y otras en las redes. Lo que se dice en las redes no se dice en la cara, sugieren algunos estudios. Ese anonimato e impunidad del mundo digital facilitan una violencia que crece en la red. Aunque la sensación de odio existe, el verdadero problema surge cuando se cae en la espiral de violencia. Y las redes son el escenario idóneo para desatar impulsos reprimidos.

Es claro que las redes sociales hacen poco para frenar el problema, salvo en casos mediáticos, como el del presidente Trump contra Twitter por mensajes del mandatario “incitando al odio”, como señalaron los directivos de esta red al suspender las cuentas del presidente de EE. UU.

¿Cómo detener el odio? Evitando la desinformación y educando a las personas, para que las redes sociales no sean sitio de personas irritadas, trolls, insultos y odio contra el que piensa diferente. Pero, el rencor se siente en el ambiente y es fácil de comprobar, con efectos nocivos para la sociedad, como se refleja en la política.

Facebook eliminó la red Estraterra, por comportamiento malicioso, reactivado en procesos políticos latinoamericanos, con exfuncionarios del correísmo, lo que da cuenta del peligro existente. Se canceló 71 páginas y 41 cuentas de esa plataforma y 56 de Instagram por «comportamiento coordinado no auténtico» interfiriendo en la vida política de algunos países. Se puede criticar o apoyar lo que sea, pero preocupa que existan redes o grupos que violan las reglas e influyen en la percepción de la gente.