La identidad populista

Las personas con escasos recursos no piensan en candidaturas, están muy ocupadas en buscar cómo sobrevivir. Los que tienen mucho y quieren más tienen abiertos sus ojos para arrastrarse en la política, convertida hoy en el camino más fácil para engañar a la justicia. Existen personas que se unen a determinadas organizaciones y movimientos de masas, por interés propio, en busca de beneficios; otras lo hacen porque no se sienten satisfechas consigo mismas y tratan de ocultarse en el discurso populista socialista.

Unos quieren involucrarse en las grandes causas con el deseo de servir; otros no quieren ser responsables de sus actos, ya que su limitado pensamiento les crea amargura, por tanto, hay que protegerse en las opiniones políticas de líderes populistas irresponsables que narcotizan a sus partidarios con la promesa de un futuro mejor, aunque no existan expectativas económicas y de bienestar social que garanticen un cambio para las grandes mayorías; juegan con un futuro incierto.

Algunos movimientos políticos en el país han surgido por un sentido de pertenencia y camaradería, de quienes siguen siendo fieles a un prófugo de la justicia que a la distancia se burla de la justicia a través de sus corifeos. Quienes jamás supieron tomar decisiones en el presente, tampoco lo sabrán en el futuro, arrimarse a un Estado protector que resuelva sus problemas, es lo más fácil. El discurso impreciso, lleno de odio, resentimiento, revancha, ambición y la fascinación por tener más y más, ha causado mucho daño al país, hoy tenemos un pueblo incrédulo, inseguro y desconfiado de volver a ser parte de una sociedad liberal y económicamente competitiva.

Educar a la población es la base para detener las reacciones emocionales de una sociedad atrapada por el saqueo y la farsa, una justicia obstruida por quienes están llamados a defenderla y aplicarla. La política convertida en la manera más fácil de hacer dinero sin tener que rendir cuentas a nadie, desborda la imaginación. El fanatismo de quienes están dispuestos a desencadenar el caos, cubiertos por el engaño populista han destruido la libertad, la identidad y fe de todo un pueblo.

Rodrigo Contero Peñafiel