Potencias compiten en la carrera por la vacuna

A todas luces, la Universidad de Oxford, en Inglaterra, sería la que más cerca se encuentra de encontrar la vacuna, pero nadie pone todos sus huevos en la misma canasta.

La carrera por desarrollar una vacuna que sea capaz de proteger a grandes segmentos de la población mundial contra el Covid-19 es una que en ciertas esferas ya se compara con la carrera por llegar al espacio.

Brasil, epicentro latinoamericano de la pandemia, aprobó los ensayos de la potencial vacuna contra el coronavirus desarrollada por la empresa china Sinovac y que se aplicará a 9.000 voluntarios en ese país.

Aunque hace dos semanas había anunciado el compromiso de cientos de millones para adquirir los derechos de la vacuna que se desarrolla en la Universidad de Oxford, en Inglaterra, también explora alianzas con la farmacéutica china.

La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), vinculada al Ministerio de Salud, indicó en una nota que las pruebas de la potencial vacuna, elaborada a partir de cepas inactivas del patógeno, servirán para «evaluar su seguridad y eficacia» en la inmunización contra el Covid-19.

Esta es la segunda vez que las autoridades sanitarias brasileñas permiten probar la eficacia de una vacuna candidata contra el nuevo coronavirus en el país, tras autorizar en junio pasado los ensayos de la fabricada por la Universidad de Oxford junto con la farmacéutica AstraZeneca.

Los test de esta última ya han empezado en un grupo de 2.000 personas y son conducidos por la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp).

Oxford y AstraZeneca, más cerca

El Ministerio de Salud anunció la semana pasada un acuerdo con la Universidad de Oxford y AstraZeneca que le permitirá producir esa vacuna.

El acuerdo compromete a Brasil con un desembolso de 288 millones de dólares por adquirir 100 millones de dosis y la transferencia de tecnología para su producción de forma autónoma en el país.

Incluso la vacuna de Oxford y AstraZeneca, que se encuentra en su tercera etapa de ensayos y es la más prometedora, no ha sido aprobada para su uso ni probada su eficacia.De esta forma, Brasil ansía con convertirse en el mayor proveedor del inmunizante para toda América Latina.

El ministerio de Salud de Brasil pagará 161 millones de dólares, en una segunda etapa, por los derechos para producir otros 70 millones de dosis de una vacuna que tendrá un costo de producción de 2,30 dólares por unidad.

Novavax, una novata

La farmacéutica Novavax recibirá 1.600 millones de dólares del Gobierno estadounidense para acelerar la producción de 100 millones de dosis de una posible vacuna, pese a que la empresa nunca ha lanzando un producto al mercado.

40 MILLONES de vacunas podría producir Brasil desde sus laboratorios, en una primera etapa. Se estima que el costo será de $2,30 por unidad.En un comunicado, la empresa, con sede en Maryland, anunció el martes que fue seleccionada por el Gobierno en una campaña de velocidad para promover el desarrollo y asegurarse tratamientos y vacunas contra la pandemia de la Covid-19 en 2021.

Las acciones de la compañía se dispararon ayer más del 20%. La empresa estima tener la vacuna, basada en proteínas virales, a finales de este mismo año.

La primeras fases del desarrollo de esta nueva vacuna contra la COVID-19 fueron financiadas desde mayo con 388 millones de dólares del grupo internacional Coalition for Epidemic Preparedness Innovations (CEPI) que, en cambio, persigue que la vacuna esté disponible en todo el mundo.

Diversificar la apuesta

En mayo, el Gobierno estadounidense anunció la concesión de 1.200 millones de dólares para el gigante farmacéutico AstraZeneca, que prometió una vacuna en octubre.

Otras empresas que trabajan en una vacuna contra el Covid-19, como Moderna, Johnson & Johnson, Merck o Sanofi, han recibido fondos para acelerar el desarrollo y asegurar que se destine a EE.UU.