Aporte histórico

Tras cerca de 100 días de confinamiento, va siendo oportuno pensar en el futuro y para ello hay que criticar el pasado. Es evidente que la humanidad no estuvo preparada para esta pandemia. Los gobiernos aparecieron sorprendidos y hasta inactivos, también las organizaciones de la sociedad civil, la academia, los gremios de ciencia y hasta los políticos.

Es un fenómeno inesperado que, según la historia, viene cada vez que un virus, de los millones que existen en el mundo animal, muta y llega al cuerpo humano, el que, al no estar preparado, sucumbe al mutante.

El peligro está latente. No se trata únicamente del Covid-19, millones de virus pueden mutar y generar otra pandemia.

¿Qué hacer? Lo primero es analizar lo sucedido, y hacerlo sin apasionamientos ni politiquerías. Sin buscar culpables, la crítica debe ser despiadada en lo verás; aséptica en lo objetiva y microscópica en los detalles.

Escribir un documento que recoja con detalle lo actuado, la virtud de las decisiones, pero también los errores y equivocaciones. Establecer las falencias que existían antes de la pandemia, las incapacidades que nos llevaron a los límites donde nos encontramos. Esa base histórica será una herencia fundamental que podremos dejar a las próximas generaciones, cuando deban enfrentarse a una pandemia semejante.

Esta debería ser una tarea estatal, pero en la que debemos involucrarnos todos: médicos, enfermeros, transportistas, policías, militares, universidades, ONG’s, campesinos, obreros, artesanos, empresarios, artistas, profesores, sin distingos de raza, de credo, de partido. Si todos aportamos, desde nuestro particular punto de vista y comprendemos nuestros aciertos y nuestros errores, entonces ese documento será la mejor aportación generacional que podremos hacer a nuestra historia.