Datos no fiables

La Refinería Estatal emite conclusiones acerca de estudios controlados por ella misma, acerca de datos de una posible contaminación del aire en la ciudad y sus alrededores. Su afirmación de que toda está normal y de que no existe contaminación peligrosa, no es nada confiable. Una planta refinadora antigua, sujeta a múltiples reparaciones y adecuaciones, es casi imposible que no contamine el aire de su entorno.

Al respecto, anoto aquí, varios párrafos publicados en este mismo diario hacen más de 15 años, de un artículo de mi autoría titulado Contaminación y Refinería. Aunque antiguo me parece de actualidad.

“Mucho se ha dicho en los últimos tiempos acerca del real daño que ocasiona a la ciudad y sus habitantes, las emanaciones de gases provenientes de las chimeneas de la Refinería, y, además, la contaminación del rio Teaone, debido a la descarga de agua con desechos químicos, provenientes tanto de la Refinería como de Termoesmeraldas.”

“¿Quién es el encargado de vigilar, poner coto e imponer la exigencia de un adecuado control, monitoreo y remedio a esta situación?”

“Exclusivamente la municipalidad, que es la entidad a quien el pueblo le ha encargado la potestad de administrar la ciudad y de velar por la seguridad de sus pobladores. No se puede esperar que los mismos entes estatales controlen y metan en vereda a la principal industria de la que depende buena parte de la diaria marcha del país. Que no se deje engañar por una pretendida auditoría ambiental contratada por la misma Refinería, cuyos resultados pueden no ser nada fiables.”

“El petróleo y su refinación, son fuente de ingreso económico preponderante para el Estado, pero no significa que deba hacerlo perjudicando la salud de todo un pueblo, que poco o nada ha recibido de este privilegio, y que, en cambio, ha enriquecido a muchos pícaros.”

La Politécnica Nacional o la Universidad San francisco de Quito, tienen personal idóneo y laboratorios modernos que podrían ofrecer datos fiables a este respecto, si la señora alcaldesa decidiría contratarlos para un estudio independiente. Datos negativos obligarían a la corrección de las emisiones y evitarían para el futuro, imponderables daños a la salud.

Fausto Merino Mancheno

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