El cannabis, una opción para ‘ayudar’ a la economía

AGRONOMÍA. El cannabis es un cultivo de ciclo corto
AGRONOMÍA. El cannabis es un cultivo de ciclo corto

El camino para tener una industria cannábica será largo, consideran los expertos.

En las reformas al Código Orgánico Integral Penal (COIP) la Asamblea Nacional aprobó, en septiembre de 2019, la comercialización, la producción y la distribución del cannabis para usos medicinales o terapéuticos en el país.

Esta decisión, indica Omar Vacas Cruz, investigador de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), inicia el camino hacia la industrialización del cannabis, también llamado cáñamo. Esto, ha decir de Iván Ontaneda, ministro de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca, “es una gran oportunidad para el país, generará miles de empleos y dólares”, publicó, el 12 de mayo en su cuenta de Twitter.

Depende de la normativa

Para las asociaciones, los empresarios y los académicos, para que el cáñamo se convierta en una industria depende mucho de su marco regulatorio, que la autoridad agraria nacional puede emitir hasta 120 días después de que haya entrado en vigencia las reformas al COIP (21 de junio de 2020), según José Dávalos, presidente de Asociación Ecuatoriana de Cáñamo Medicinal e Industrial (Ecuacáñamo),

La expectativa se centra en saber cuál será el procedimiento y los requisitos para emitir licencias y, sobre todo, cómo se realizará el control a este tipo de cultivos.

Dávalos indica que han realizado sugerencias públicas, para que la norma no sea “excesivamente controladora” y no genere un exceso de burocracia.

Alejandro Martínez, presidente de Expoflores, considera que existen muchas expectativas del producto. “También hay demasiadas incongruencias entre lo que se espera y lo que son certezas”.

Desde su sector han trabajado de la mano con el Ministerio de Agricultura, por su experiencia en tramitología, trazabilidad y manejo de semillas. “Lo que hemos recomendado es que lo que se necesita para impulsar al sector son certezas”, reitera Martínez.

Para él, se han recogido diversas experiencias de países, como Uruguay y Colombia, pero no se ha hecho nada desde lo práctico. “Lo más importante es la trazabilidad, si existe trazabilidad de la semilla se vuelve atractivo al mercado”. Para todo esto es necesario conocer la norma.

Investigación y asociaciones

El investigador Vacas coincide con Martínez y señala que la regulación debe ser más incluyente, ya que “de lo que se conoce, ha sido hecha a la medida de ciertos grupos, como floricultores o gente que se dedica a la caña de azúcar”, dice Vacas, y menciona que se ha excluido a los auto cultivadores, quienes durante años han trabajado con esta planta.

Además, considera que de la mano del marco regulatorio debería haber estudios técnicos, ya que hasta ahora lo que se ha hecho en el país es que la gente tenga una cantidad mínima de plantas “y hacen aceites y así han venido sobreviviendo, pero una cosa es pasar de seis plantas a 10, 50 u 80 hectáreas. En eso los grandes productores tienen una ventaja mayor”, asegura Vacas.

Cuando se quiera empezar a industrializar habrá muchas variables en contra, por ejemplo, las diferencias climáticas y semillas nativas que no han sido validadas, asegura el investigador. “Nunca hemos sido un país de producción cannábica y la investigación debe estar ligada a la universidad, si no se liga este tema a la academia siempre va a ‘patojear’”.

Los expertos coinciden en que el cannabis es un cultivo de ciclo corto pero que, sin la normativa, el proceso de convertirlo en un ‘bálsamo’ de la economía podría tardar años.

“Este no es un tema de la noche a la mañana, tomará tiempo afianzarse en la industria”, comenta Dávalos. Por ejemplo, en Estados Unidos emitió una norma en 2014 y no fue hasta 2018 que terminaron los planes piloto.

Por su posición geográfica, Ecuador es un lugar ideal para plantar, ya que cuenta con 12 horas de luz. Pero, “una vez que esté la norma hay que hacer pruebas, porque no sabemos cómo se va a comportar en nuestro país, a nuestros distintos pisos climáticos y las distintas variedades de semilla que existen a nuestras condiciones”, asegura Dávalos.

No es un milagro, pero sí una gran opción

“Hay gente que dice que cualquier cosa que no sea eléctrica se puede hacer con cáñamo”, dice Dávalos.

Esta planta puede ser utilizada para fabricar ropa, zapatos, papel e incluso hay quienes lo utilizan en construcciones, pues tiene la ventaja de ser un buen aislante que conserva la humedad y retarda el fuego. “Sus usos industriales son infinitos”, agrega Martínez.

Para los expertos, si este recurso se utiliza de forma responsable será un ‘salvavidas’ para reducir la gran tasa de desempleo generada por el Covid-19.

“Esta crisis económica es la que ha hecho que muchos países del mundo aplasten el acelerador con el tema del cáñamo”, asegura Dávalos quien reitera que no es una opción milagrosa, pero sí una gran ayuda económica. (AVV)

Uso

Cáñamo en la industria

Fibra para ropa

Productos de construcción

Papel

Jabón

Champú

Bioplásticos

Cremas

Aceites

Tintura

Bebidas

“Va a generar mucha inversión, mucho empleo y todo esto se traduce en impuestos que el Estado puede recaudar y usar en beneficio de los ciudadanos”. José Dávalos, presidente de Ecuacáñamo.

“Nunca hemos sido un país de producción cannábica y la investigación debe estar ligada a la academia”. Omar Vacas Cruz, investigador.