Traidores a la Patria

Se ha difundido en las redes sociales el fragmento del discurso pronunciado por una diputada paraguaya en el congreso de su país; es verdad que, como sucede en estos casos, no existe garantía de su autenticidad. Sin embargo, lo que dice es una verdad mayor que el Chimborazo: todos aquellos que se han aprovechado del virus chino para robar las arcas públicas son traidores a la Patria, sin más adornos.

Traicionar a la Patria no es solo huir del campo de batalla, también lo fue el expulsar a los misioneros de las tierras amazónicas, propiciando así la entrada de peruanos y colombianos sin ninguna cortapisa, para luego reconocer su soberanía sobre esas regiones. Lo apunto como ejemplo olvidado.

Hoy en día el concepto y el sentimiento de Patria ecuatoriana anda por los suelos, aunque nunca ha sido muy vigoroso en este triste rincón del mundo, pero esta realidad no nos debe llevar a cerrar los ojos ante una serie de delitos antiecuatorianos y antihumanitarios; resalto este último calificativo para que aun quienes ven en la Patria una realidad obsoleta presten atención.

Los traficantes de drogas y corruptores de la juventud cometen delitos de lesa Patria y de lesa Humanidad; así también los que multiplican por miles los precios de medicinas e implementos básicos para combatir enfermedades; no podemos dejar de incluir entre los delincuentes y traidores a quienes desmantelaron el IESS y pusieron en gran riesgo a los sectores más vulnerables de la sociedad.

En este momento lo que más nos duele es el crimen en los suministros contra el virus chino, por la urgencia y gravedad del combate contra él, la cantidad de víctimas, la situación previa de crisis económica e institucional, mas no olvidemos los otros delitos antipatria; entre ellos cabe recordar a todos quienes pudiendo combatirlo no hicieron nada, pues son cómplices de la derrota.

En épocas pasadas a los traidores se les condenaba a muerte: los romanos a la hoguera, los españoles al garrote, los franceses a la guillotina, en otros países se los fusilaba… ¡Qué tentación de regresar a esos tiempos!