Revocatoria a la corrupción

Asqueada está la ciudadanía al constatar la corrupción enquistada, más que la peste del Covid-19, en todos los poderes y gobiernos locales para asaltar los recursos públicos transformando en millonarios a contratistas, amigos y ñañones de los politiqueros.

La avioneta en fuga accidentada en Perú es solo una muestra pues, ni un avión Hércules hubiera alcanzado para transportar todo el dinero robado al estado en esta crisis.

¿Y la indignación y lágrimas de las familias ecuatorianas quebradas mientras veinteañeros se levantan millonarias empresas con dineros públicos?

Los corruptos del Covid-19 son apátridas y más delincuentes que cualquiera. Fernando Villavicencio sostuvo que entregaría una investigación con nombres del crimen organizado que operó en esta pandemia con similar procedimiento de Arroz Verde.

El pedido de revocatoria al mandato para el alcalde Jorge Yunda es la voz en las redes y organizaciones en Quito. En el paro de octubre se pidió su destitución y ahora se pide su revocatoria. Muchos quiteños, en sintonía con concejales como Fernando Morales, piensan en la revocatoria mientras esperan el trabajo de la Fiscalía.

El artículo periodístico sobre la Cofradía del Volley, de Cuatro Pelagatos, reveló que “muchos de sus integrantes son funcionarios de empresas municipales, relacionados con una de las contratistas del Municipio: Geinco”. Circulan las fotos de su directivo, y pariente del exvicepresidente, como uno de los contratistas beneficiados por Yunda. Toda esta red explica también el por qué del apagón electoral en Quito.

La revocatoria no es un tema de extracción de clase ni es racismo, lo que está en juego es la decencia y dignidad de los quiteños para recuperar la ciudad amada.

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