Se realizó un encuentro digital en Santiago, con la participación de varias personalidades, entre ellas Stella Zervoudaki, embajadora y jefe de la delegación de la Unión Europea en Chile, quien hizo aseveraciones dignas de ser relievadas por su hondura y veracidad.
La alta funcionaria, en el contexto del evento cómo combatir a las fake news (noticias falsas), expresó: “La desinformación es un fenómeno que pone en riesgo la democracia, la gobernabilidad, la seguridad e incluso la salud pública”. Añadió que el combatirla refuerza la libertad de expresión, no la disminuye, ante comentarios de ciertos activistas.
Al compartir la opinión de la destacada dama, rememoro el Art. 12 de la Declaración de los Derechos Humanos que asevera: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra, a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”.
Lo mencionado se justifica frente a la proliferación de las anotadas noticias que, valiéndose de la inmensa difusión del Internet y de las redes sociales, llegan a vastos auditorios con falacias, estratégica y perversamente elaboradas para ocasionar daño moral a una persona o grupo, a los que se les ha hecho blanco de estos mensajes que, por lo general, destilan malicia y hasta odio.
Lo grave del asunto es que aquellos contenidos, elaborados por mentes politiqueras y amantes de la patraña, son reproducidos profusamente y se vuelve difícil desvirtuarlos, por ello se recomienda que cada receptor de mensajes engañosos sepa analizar lo que llega a sus pantallas. Cuando hay buena fe, es fácil hacer la distinción entre la farsa o la credibilidad en las noticias.