Tragedia y época del coronavirus

La pandemia del coronavirus es un jaque mate del capitalismo y del egoísmo acumulativo para acabar con la población sobrante (los viejos) e imponer una política autoritaria. Es una resistencia de la naturaleza a la que hemos optado por dominarla. El neoliberalismo, la deforestación, las hidroeléctricas el monocultivo exponen a los pobladores a los mosquitos, roedores. La globalización impulsó las cadenas de valor, la integración productiva y comercial del gran capital mundial que estimuló la ampliación de las rutas comerciales. La pandemia sigue los circuitos del capital; hay 51 mil empresas de todo el mundo con proveedores en Wuhan. El escritor Alejandro Moreano desacredita las teorías conspirativas de EE. UU., China y la industria farmacéutica. Se refiere a una crisis civilizatoria. La pandemia ha sido tratada no como una crisis de salud, sino sanitaria por los países y la OMS. El contagio impuesto: la cuarentena, el distanciamiento social, las máscarillas y los hábitos de higiene relacionados con la poca importancia que los Estados han dado a las políticas de salud. Obamacare fue minimizado por Trump y en Ecuador las mafias políticas evidenciaron su codicia para enriquecerse a costa de la corrupción hospitalaria. En el Ecuador los gastos en salud pública pasaron de $ 306 en el 2017 a $ 110 en 2019. El 31% ($39) se dedicó a la desvinculación de servidores públicos y quedó para infraestructura física, mantenimiento y equipamiento sólo 33$ ( 26%) del total. Se afirma, para que la infección termine, se necesitaría que el 15% de la población se contagie ( mil millones de personas). En la actualidad, hay 4 millones de contagiados y 300 mil fallecidos. Si se promueve un contagio masivo, la cantidad de muertos ascendería a 50 millones o más con lo cual las calles de todo las ciudades y poblados del mundo se llenarían de cadáveres y las imágenes del cuadro de Brueghel El Triunfo de la muerte se volverían universales. Se impone la ley del mercado para que la selección darwinista opte por los más aptos que es el evangelio del neoliberalismo.

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