Un foco de contagio en la mitad del mar

NEGLIGENCIA. En medio del mar, un caldo de cultivo para el virus mortal.
NEGLIGENCIA. En medio del mar, un caldo de cultivo para el virus mortal.

Trabajadores de Pemex, abandonados por el Estado, la empresa y su sindicato, temen volver al mar sin protección ni ayuda.

Hasta este miércoles, la empresa paraestatal de petróleo mexicana, Pemex, reportaba 228 muertes, entre trabajadores actuales, jubilados y familiares, 1.578 contagios confirmados y otros 6.979 sospechosos. Pemex no ha detallado cuántos de estos son trabajadores enclaustrados por períodos de 15 días en plataformas petroleras en medio del mar. Según reporta diario El País, los trabajadores petroleros bajo estas condiciones, con brotes reportados desde inicios de mayo, no han recibido respuesta oficial.

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador decretó el 24 de marzo que la población vulnerable, incluidos las personas con diabetes o hipertensión, quedaban exentos de asistir a los centros de trabajo y se les garantizaba permisos con goce de sueldo. Según reporta el diario español, Pemex asegura que implementó estas medidas. Pero, dos semanas después del decreto, allí estaba Jorge Luis Ríos, un trabajador de Pemex diabético, subido a la plataforma. Nadie le dijo que no fuera a trabajar y él temía el castigo del sindicato. Tres faltas en menos de un mes pueden implicar la rescisión del contrato. Ante la ausencia de indicaciones, perderse el turno estaba fuera de cuestión.

La petrolera no implantó las pruebas rápidas para los trabajadores de plataformas hasta la primera semana de mayo, casi mes y medio después de la declaración de emergencia sanitaria. El día 6 de este mes anunció la llegada de 100.000 pruebas para “garantizar el buen estado físico” de los empleados y ordenó que todo el personal que abandone las instalaciones marítimas “pase por una certificación de su estado de salud”. Hasta este miércoles se habían practicado 2.679 pruebas para trabajadores tanto de tierra como de plataformas.

Hasta entonces, el abordaje y salida de las plataformas, que se realiza en lanchas en las que viajan 60 trabajadores bastante ajustados, no contó con mascarillas. Tras 15 días en la plataforma y un mes de descanso, es tiempo de volver. El temor es grande.

Ríos, un trabajador e la plataforma Abkatún Alfa, ubicada a 100 kilómetros de la costa, trabaja en escuadras de 11 personas a la vez, supervisando las condiciones técnicas de la extracción del crudo. “De noche, volvía a dormir al cuarto, compartido con otros cinco compañeros. Las habitaciones miden seis metros de largo por tres de ancho. Caben tres literas de madera y un pasillo de alrededor de metro y medio”, cuenta el medio. Al cabo de tres días, recibió instrucciones de aislarse, pero el ambiente se había vuelto pesado. En las semanas siguientes, cuatro de los cinco trabajadores con quien Ríos convivió también presentaron síntomas.

Enfado por abandono

Los trabajadores de la gigante mexicana, agrupados en un sindicato, le reclaman al gremio que debería haber negociado desde un primer momento con Pemex el resguardo domiciliario para los más vulnerables, tal como permitían las medidas sanitarias. El contrato colectivo de la empresa paraestatal incluye, además, una cláusula que prevé la protección del personal en emergencia como esta.

Ante el silencio del sindicato, decenas de empleados han optado por recurrir directamente a Pemex por la vía administrativa. El abogado Emanuel Quiroz, antiguo trabajador de la petrolera, asesora de forma gratuita a aquellos preocupados por el contagio. “Muchos han solicitado al sindicato que se les aplique el artículo 43 del contrato colectivo, pero los representantes no proceden”, explica.