Las medidas

Las medidas tomadas esta semana por el Presidente Moreno, son acertadas, incompletas y extemporáneas. Son acertadas, porque ajustar las relaciones laborales en un país en franca recesión desde antes de la pandemia, e impostergables para preservar en alguna medida, las fuentes de empleo. Claro está, falta mucho por ajustar, pues la dolarización mal manejada, como lo han venido haciendo, ha encarecido a nuestro país para producir; además, debieron haberse tomado conjuntamente otras, de corte financiero, lamentablemente improbables, en una bancocracia como la que nos rige. El ejemplo del Mandatario panameño y francés, debería ser emulado.

No se toca la reducción drástica de burocracia improductiva. De las 48 empresas absurdas y costosas, se han suprimido apenas once. El Legislativo no quiso ni suprimir los excesivos, camuflados y caros asesores. Es hora de que los votos escondidos en esas áreas, sean ganados de manera limpia. Y los mil millones al 5% para la reactivación productiva, de seguro que a los microempresarios que no llenen las excesivas garantías para aprobarles su solicitud de crédito y poder desarrollarse, ni los olerán. Esos dineros, muy probablemente, serán repartidos entre los duros y allegados al poder.

La eliminación al subsidio de los combustibles debió excluir al diésel utilizado en el sector transportista, agrícola y pecuario. Una subida del crudo, hará explotar la paciencia del alicaído productor, al que no le han bajado ni los insumos, y cuya utilidad se la llevan los intermediarios, a vista y paciencia de las autoridades. Luchar contra la corrupción, también es corregir esta atrocidad. Además es vergonzoso q aun subsidiemos las gasolinas y el gas para beneficio de los contrabandistas, narcos y millonarios, y que el pueblo exija ingenuamente que nada cambie.

Y son extemporáneas, porque desde inicios del gobierno debieron haberse tomado medidas que corrijan la equivocada visión del ex Mandatario. Si Moreno no lo hizo, fue por su convencimiento socialista. Hoy, toma las medidas a regañadientes, presionado por una realidad económica nacional y mundial irrefutable.

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