¿Viejos improductivos?

El aislamiento, la prolongada crisis económica y el saber que mi patria amada ya un Estado fallido, empuja a reflexionar sobre varios temas. Uno de ellos, aparentemente inconexo, es la vejez. A un par de años de la supuesta edad del retiro, veo a contemporáneos mentalizados a que ya son inútiles, han eliminado nuevos proyectos económicos, y se les ha ido la alegría de vivir y ser productivos. Si no fuera por esas imágenes de vejez anticipada, no me habría enterado que estoy casi en ese grupo. Yo hago cosas que cualquier hombre adulto de mediana edad realiza. Pero ya mismo me convencen de que empiezo a ser viejo y me empieza a doler todo…

Pienso que el hombre debe tener proyectos de vida siempre. La mente y el cuerpo requieren actividad para que fluya esa energía vital que necesita todo ser humano. Claro está, la agilidad de reacción, y la avalancha de problemas, deben irse reduciendo, y a la energía hay que irla dosificando, normal en todo individuo después de los 45 años. No porque nuestras esposas envejezcan, las dejamos de amar y de ver siempre hermosas. Todo en la vida tiene su ciclo, pero empiezan otros. La jubilación debe ser solo un cambio de actividad. Que el jubilado haga las cosas con más calma es normal, pero siempre tendiendo a ser productivo.

Creo que el Estado tiene que incorporar este creciente grupo como sujetos de crédito. Los hombres tienen una vida cada vez más larga hoy en día. Pero hay viejos y viejos. Los que ya no pueden ni con sus pies, es una categoría a la que el IESS y los hospitales públicos tienen que apoyar; pero hay viejos vigorosos, lucidos y muy capaces, a los que le adorna además la experiencia, que deben ser aportantes al PIB nacional y no “irse a sobar el gato”. Son una categoría desperdiciada para el aparato productivo nacional.

Es por lo tanto, un tema de categorización de la tercera edad, pues hoy están todos en el mismo saco. El Estado está para sumar, e instruir a las entidades financieras que incorporen esta diferenciación en sus productos financieros, por el bien de la sociedad y del país.

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