Todo es culpa de Del Rincón

Desde el gobierno y otros sectores susceptibles del país, ha habido una arremetida furiosa en contra del periodista de la CNN, Fernando Del Rincón, a causa del trato que le dio al indefenso Sebastián Roldan.

De pronto, por medio de alquimias retóricas y mezquinas, Ecuador debería preocuparse más del “maltrato” que se le dio en la televisión a dicho funcionario que al pésimo manejo que se sigue dando a la emergencia sanitaria que está viviendo el país.

Yo, en cambio, creo que la sacaron bien barata, pues el ímpetu del periodista fue poca cosa comparada con lo que quisieran decirles en su cara a nuestras quisquillosas y cínicas autoridades el personal médico que no cuenta con los insumos necesarios, los allegados de las víctimas a quienes se les entregó cenizas de otras personas y todos aquellos a quienes se les pidió plata a cambio de información sobre el paradero de sus seres queridos.

Porque en Ecuador estas deben ser las noticias de las cuales debemos indignarnos y entrevistas como aquella que hizo Del Rincón son las que el país necesita desesperadamente pero que no se pueden hacer porque probablemente nos sacarían de los medios en donde se trabaja o porque simplemente algunos no quieren que el gobierno quede mal.

Pero el gobierno ya quedó pésimo y nadie puede hacer nada, pues hoy en día sigue habiendo denuncias de corrupción y sobreprecios en contra de malos funcionarios que quieren lucrar sobre la tragedia de la gente, sin consecuencias.

A esto debemos añadir que todos los que hoy llevan flores a sus allegados, ni siquiera pueden estar seguros de saber la ubicación correcta de su difunto pues ni los cuerpos han podido identificar y centenares más se están descomponiendo por negligencia.

Esto debe preocuparnos, no Fernando del Rincón.

Hablamos de un manejo tan paupérrimo de la situación que, si hoy te dijeran que un allegado tuyo se murió de corona virus, aún podrías tener esperanzas pues puede que esté vivo. Una devastadora y paradójica esperanza proporcionada por las autoridades.

Así que cuando algún día los tribunales internacionales condenen dicha barbaridad, se sepa que todo fue culpa de Del Rincón.

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