40 días

ANDRÉS POMA COSTA

A 40 días de haberse iniciado el aislamiento, es esencial reflexionar sobre este tiempo, el cual nos descubrió desprevenidos, subsistiendo con premura y distantes de las cosas importantes.

Hoy en día, el panorama es adverso y las expectativas muy escasas. La persistencia destructiva del entorno en poco ayuda, y las sensaciones propias de la circunstancia menos; andamos invadidos por la ansiedad, el miedo, pero, sobre todo, la incertidumbre. Estamos en presencia de un momento insólito que aún está empezando.

Los efectos consecuentes de la crisis inicial serán de una magnitud desconocida para la experiencia de nuestra generación. Principalmente, la sociedad y la economía, atravesarán un período contradictorio y negativo, con instantes ciertamente duros y con graves impactos sobre nosotros. Definitivamente, la vida nos pone a prueba.

Sin embargo, 40 días ya son suficientes para entender la realidad y asumir los desafíos inmediatos. Priorizar las necesidades, respetar la convivencia y regresar a los valores, será el camino obligatorio en cada uno para enfrentar la crisis. No pretendamos superar este momento sin acciones individuales; si yo cambio, o al menos intento, podría despertar lo mismo en los demás.

Aunque la dificultad de estos días será subjetiva a la realidad particular, todos desde nuestro espacio podemos aportar de cierto modo. Nuestras debilidades deben convertirse en fortalezas, nuestros temores en valentía, nuestras dudas en confianza, y así, madurar nuestra conducta para crecer en medio de la crisis.

Si esta situación nos encontró con rasgos absurdos e indiferentes, es ahora el momento de repensar la vida y transformarnos en mejores individuos, para no regresar jamás a la “normalidad” del pasado y, dejar de ser así, un ejemplo persistente de nulo aprendizaje. (O)

[email protected]