Nunca nos faltó tiempo

Andrés Ontaneda

Antes que nos visite esta pandemia, existía un factor que todos nos quejábamos, siempre nos faltaba el bendito “tiempo”, suspendimos cafés, posponíamos el gimnasio, olvidamos leer, o simplemente cambiar un mal hábito, así puedo seguir con pretextos, pero ustedes entenderán.

Aunque la cuarentena no se la vive de la misma manera, debido que unos tendrán que salir a buscarse el pan de cada día por sobrevivir, profesionales nos ayudan a luchar contra el virus y otros pasarán en su sofá.

Hoy, más de 30 días de confinamiento por más responsabilidades que tenemos todos, siempre nos queda un poco de tiempo, y la salud, el tiempo y la libertad de aquí en adelante serán prioridad, lo material nunca significó éxito, menos felicidad, sino que aprovechar el tiempo con buenos amigos, tener buenas experiencias, aprender una cosa nueva cada día, nunca pierden valor en el tiempo, lo material te lo pueden robar, pero tu tiempo jamás.

Entonces, hoy tenemos dos opciones: seguir perdiendo el tiempo o ganarle tiempo al tiempo, aprovechamos la oportunidad para reinventarnos o seguir siendo los mismos, agarramos un libro, o la ignorancia será toda la vida nuestro peor enemigo, construimos nuevos hábitos, o nos seguirá ganando la holganza.

La terapeuta VanSonnenberg preguntaba: ¿Cuántos de ustedes admiten tener al menos un mal hábito que preferirían no tener? Si son honestos con ustedes mismos –si te diste cuenta de que eres humano- bajaste la cabeza. Pero hay buenas noticias: los hábitos son aprendidos, aunque para adoptarlo nos costará más de dos meses según la ciencia para que ese comportamiento adquirido sea automático, tú puedes elegir, si seguir muriendo en vida o darle bienestar.

Después de todo te das cuenta que nunca nos faltó tiempo, nos faltó ganas, voluntad, disciplina, y amor para hacer las cosas. (O)

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