Los más viejos

No es novedad en Japón llegar a los 100 años de edad, ya que se ha contabilizado que allí hay más de 70 mil centenarios. Se ha informado que ello se debe a su tradición culinaria, donde el consumo de pescado es común, además del respeto que proporciona la sociedad a los ancianos.

Hace pocos días falleció Chitetsu Watanabe, a los 112 años y 344 días de existencia, cuyas características fueron su sonrisa, carisma y entusiasmo: se le consideraba el hombre más viejo del planeta: un récord Guinness. Se informó, igualmente, que Kane Tanaka, el 2 de enero de 2020, cumplió 117 años, siendo ubicada como la mujer más longeva.

El ‘País del Sol Naciente’ está conceptuado como el segundo en el mundo en los de mayor esperanza de vida, luego de Mónaco, y de brindar atenciones y hasta veneración a los ancianos: alborozados, celebran el tercer lunes de septiembre el Keiro No Hi o el Día de Respeto a los Adultos Mayores, dentro de un marco de legislación que se cumple y les ampara de manera prioritaria, mediante protección para evitar malos tratos o discriminaciones. Buena vida, saludable, plena y en armonía en la vejez es la atmósfera que prevalece, en medio de considerables estímulos económicos y de otra índole para quienes se dedican al cuidado de los que sobrepasan los 80 años, especialmente de quienes sufren postraciones, escaras o Alzhéimer.

Vale la pena transcurrir por esos añosos y recomendables senderos de gratitud y racionalidad, que enriquecen el espíritu por las edificantes experiencias y sabiduría que conllevan. Con estos antecedentes, resultó chocante leer ciertas expresiones que tendían a sacrificar a los viejos, como una de las medidas contra los efectos del coronavirus.

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