Nos volveremos a levantar

Pablo Ruiz Aguirre

Los labios dejarán de estar secos, se prepararán para la guerra. Los brazos empezarán a prepararse y tomar fuerza para sostener las caderas. Los versos festejarán en la noche en una reunión mientras miran las estrellas y cantan a la oscuridad que tendrán por fin una pupila dilatada a quien declamar. Las casas dejarán de ser prisiones, las sonrisas volverán a sonreír por las calles. La solidaridad no será tan solo una regla de cuarentena y la desigualdad no será algo que vimos solo cuando el gobierno nos encerró.

Los que nos cuidan a todos podrán dormir nuevamente y el título de héroe no será nunca más un disfraz sino la profesión desde ahora en adelante del que sana, del que barre, del que trabaja, del que protege, del que alimenta y más. Será la profesión desde ahora en adelante del que quiere a su prójimo servir y ayudar sin par. No volveremos a rechazar un encuentro, ni volveremos a rechazar un beso. De lo que más hemos aprendido en estos días, es que los labios son inútiles sin nada que besar. De lo que más hemos aprendido en estos días es que el desarrollo es una ilusión sino hay libertad, igualdad y fraternidad.

No es lo mismo ver el sol en una pantalla que te cosquillee el cuerpo cuando él se levanta. No es lo mismo saludar a través de un teléfono que abrazar tan fuerte como tu cuerpo pueda. Nuestra historia aún no merece un punto final. Merece una coma, una pausa, para entender cuanto nos equivocamos, cuanto abusamos de la naturaleza, cuanto creíamos que teníamos todo seguro. Merece puntos suspensivos, para seguir siendo y estando por el otro, para corregir, para merecer vivir.

“Este año celebrábamos los 200 años de independencia. En vez de celebrar parece que ahora nos tocará pelear. Frente a la enfermedad que ronda las casas y que se va llevando miles de compatriotas; frente a la pobreza de más del 40% de nuestra gente, frente la falta de empleo adecuado de más de 5 millones de ecuatorianos y que en estos tres aspectos empeorará. Este año no toca celebrar. Hay que rememorar la independencia, cambiar las espadas por la tecnología, cambiar el grito de independencia por el de unión, dar muerte al enemigo: la indiferencia, el miedo y la inacción”. (O)

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