Lo público no es negocio

La función pública es un servicio, no una canonjía, no se puede crear una burocracia privilegiada, que reciba sueldos «acordes a su especialidad profesional y grado de responsabilidad». Por tanto, quien ingresa al servicio público lo hace por vocación, honor, patriotismo o necesidad ocupacional momentánea, no para enriquecerse en base a la beneficencia pública, a través de remuneraciones 10, 20 veces superiores al salario mínimo vital.

Esa diferenciación aborrecible, es discriminatoria, debe eliminarse para siempre. Nadie en la función pública debe ganar más del triple del SMV, esto es: 1.200 dólares mensuales. Si no les gusta, que se larguen a su casa, hay mucho compatriota que prestaría eficientes servicios por esa remuneración. La actual crisis que durará 4 años, nos obliga hacer esos reajustes definitivos. Les recuerdo que hasta la década del 70 del siglo pasado, varias dignidades eran honoríficas: designaciones diplomáticas, concejalías municipales.

El ingreso fiscal debe ser invertido en educación, salud, infraestructura. Previo a obtener su título, todo estudiante debe prestar servicio público, por tres meses, para instrucción media, por 1 año para instrucción superior. El servicio militar debe ser obligatorio, por un año; durante ése tiempo deben percibir el SMV. De ese modo se forma ciudadanos responsables que aprecian la gestión pública, como servicio, no como «buen negocio» que es en lo que lo convirtieron, los humanoides narco-comunistas, durante la década infame, despilfarrando en ingreso fiscal, en la «siembra de votos», a través de la creación de inútiles instituciones y cargos burocráticos.

Llegamos a gastar en un «astronauta». ¡Cuánto derroche de imbecilidad!

[email protected]>