Ex-plotados

Ahora resulta que toda la vida se ha podido realizar vía streaming, en plataformas de videoconferencia, en los correos electrónicos y las clases virtuales.

En un tiempo récord, asumimos los retos de la vida y la cultura digital como si no tuviera que haber un proceso lógico.

Ahora todo es Zoom, todo es la plataforma de comunicación, y como es de conexión permanente, incluso los detractores del sistema capitalista de explotación del hombre por el hombre, se ven haciendo reuniones a las 20:00 en un sábado o domingo.

La vida y la cultura digitales no es esta situación de infoxificación y allanamiento a la vida privada. La solución no es llenar las plataformas con las acciones que íbamos a hacer en presencia de los compañeros, frente a los estudiantes o ante un público.

Ahora todos planifican, usan las herramientas y se incorporan a la corriente. Qué bueno. Pero lo que hacen es parchar un sistema que desde el inicio debió tener un par digital, no igual, pero sí complementario.

Las instituciones educativas fracasaron con volcar todo al Moodle, al Padlet, al Blackboard; explotan a los maestros para que cumplan con lo planificado, pero ahora en línea, cuando las dinámicas y prácticas son diferentes.

Ahora somos tutores virtuales, teletrabajadores, amos y amas de casa, que no vemos el fin de las actividades en pantalla. Somos explotados porque hay que seguir produciendo, nuestro lugar privado e íntimo, en donde antes elegíamos a dónde nos enlazábamos y con quién nos conectábamos.

El tiempo de conexión nos ha superado; ahora quieren nuestras selfies trabajando, en reuniones, en clases… cuando la vida es otra cosa en estos tiempos de desazón sanitaria, económica y sicológica.

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