Redacción GUAYAQUIL
Los ataúdes elaborados a base de cartón prensado, representan una opción entre los humildes del Puerto Principal, para sepultar a un familiar fallecido por Covid-19.
En esta época de emergencia sanitaria, por la propagación del coronavirus en el país, los muertos se contabilizan a diario al punto que Jorge Wated, quien está al mando de la Fuerza de Tarea Conjunta, para el manejo de cadáveres, ha reconocido que los muertos serán más de 3 mil.
Con esto, primero se justifica, el déficit de féretros existente en el mercado funerario y segundo es lo que movió a la empresa privada del cartón, a fabricar ataúdes con este material, como un aporte solidario en favor de los que menos tienen.
Las primeras entregas de estas cajas, estuvieron a cargo del Municipio de Guayaquil y decenas de fallecidos comenzaron a sepultarse en los cementerios que el Estado ha destinado de manera gratuita, durante el fin de semana.
«Esto es un insulto a la condición de ser humano», dijo Carlos Contreras, un conductor que da servicio de transporte en el mercado de las 4 Manzanas, en Guayaquil.
Respecto del mismo tema, Geovanny Zamora, quien labora en la venta de mascarillas en la zona de farmacias, justifica la ayuda al considerar que los pobres no tienen 500 dólares para un ataúd convencional.
De ahí que la municipalidad, estima que los ataúdes son un aporte solidario en tiempos de la crisis desatada por el Covid-19 y la falta de dinero entre los que menos tienen.
Mientras tanto, las denuncias sobre abusos especulativos en el valor de una caja y un certificado de defunción, están a la orden del día, sin que exista autoridad que la sancione.
Hoy, en Guayaquil, mientras el espacio de sepulcro es gratis al igual que la caja de cartón, hay quienes le sacan provecho al coronavirus y a la desesperación de la gente, a través de la venta de los certificados de defunción, que en algunos casos llega a costar hasta 300 dólares.
El documento es el requisito habilitante para sepultar a un familiar fallecido. (DAB)