El mayor canalla de nuestra historia, acusó de mediocre, a la Universidad ecuatoriana; y a sus médicos, de ser los culpables de la deficiente salud pública; con ese criterio ruin, sacó a prestigiosos científicos, maestros y a estudiantes, de los hospitales, para entregar el sistema de salud a «médicos» cubanos. A fin de igualar la mediocridad narco-comunista impuesta, ordenó suspender post grados; hoy carecemos de especialistas.
Desbarató procesos de investigación científica. Eliminó el servicio de control de vectores de las enfermedades tropicales; ahora hay malaria. Aniquiló el Instituto Nacional de Higiene; ya no hay dónde hacer pruebas diagnósticas. Centralizó el sistema de salud, arrasando el orgánico funcional del Ministerio, para entregarlo a «gerentes médicos» de su confianza, encargados de corromper procesos y destruir el modelo de atención.
Para crear terror estatal, ordenó a sus lacayos asambleístas, perseguir a los médicos nacionales, criminalizando su ejercicio profesional. Para mantenerlos en indefensión, desintegró los colegios profesionales. Atracó 12.000mdd del Fondo de Estabilización que en esta crisis, habrían servido.
Hoy organiza grupos en redes sociales para crear caos, provocar saqueos. Solo un ratero imbécil, destruye un país de ése modo, en la década de mayor bonanza petrolera. Se necesita ser cretino o corrupto, para no ver quién es el responsable del deterioro ético, económico y del colapso del sistema de salud del Ecuador y aún así defenderlo.