El coronavirus no detiene las actividades en el campo

LABOR. A pesar de la pandemia por el coronavirus, el trabajo agrícola en los campos de la provincia del Carchi continúa sin registrar paralizaciones.
LABOR. A pesar de la pandemia por el coronavirus, el trabajo agrícola en los campos de la provincia del Carchi continúa sin registrar paralizaciones.

Redacción Carchi- Imbabura

Los agricultores de la zona norte del país, no han parado sus actividades diarias pese a la emergencia sanitaria por la que atraviesa el país. Tomando las debidas precauciones continúan con sus labores en el campo, caso contrario las plantas no darán sus frutos y las pérdidas serían cuantiosas.

En Chaltura (Imbabura), encontramos a Luis Gonzalo Torres, cosechando pimiento para llevarlo a la feria. Toda su vida se ha dedicado a la agricultura, de donde ha obtenido ingresos para sostener a su familia y educar a sus hijos. Fréjol y pimiento es lo básico en sus terrenos.

Con la emergencia sanitaria que vive el país, sus tareas no se han detenido, aunque si ha tenido dificultades al momento de comercializar sus productos; debido a que algunos compradores no están saliendo a los mercados y esto hace que les compren a precios inferiores. Esta última semana entregó a seis dólares la funda de pimiento.

“Se pierda o se gane toca seguir sembrando y cultivando la tierra, aunque sea que salga solo para la comida”. Al momento de dirigirse a la feria no se olvida de utilizar la respectiva mascarilla y guantes, para evitar algún tipo de contagio.

Los héroes de poncho y pala

En la provincia del Carchi, de igual manera, los hombres y mujeres del campo continúan desarrollando sus actividades agrícolas. Armados con sus palas, ponchos y sombreros, generan los productos que sirven para el abastecimiento de los mercados a lo largo del territorio y también un sustento económico para sus familias.

“La producción no se ha paralizado, la producción continúa”, así lo enfatizó Lenin López, presidente del Centro Agrícola de Tulcán, quien indicó que esta emergencia nacional, tuvo un impacto en la demanda de los productos del agro, lo cual provocó que los campesinos tengan una disminución en sus ventas.

A esto agregó que, tomando las respectivas precauciones, el horario de los trabajadores del campo no se ha visto afectado. “El campesino madruga desde las tres o cuatro de la mañana y su horario es hasta las ocho de la noche. El agro constituye una fuente de desarrollo”, dijo.

Precios en los mercados

Con respecto a los precios en los mercados, López explicó que en lo que respecta a la papa tuvo un decrecimiento en su valor, esto a razón de una ausencia de compradores. Dicha realidad la supo corroborar José Pozo, quien arrendó una parcela para la siembra y cultivo de papas en la vía que conecta a la parroquia de El Carmelo (Tulcán). Él reveló que hoy un costal de papa de la especie superchola cuesta 11 dólares la de mejor calidad.

Entre tanto, mientras removía la tierra con su pala para sacar algunas papas, Luis Huacás de 19 años, manifestó que las labores en la tierra son arduas, pero a lo largo de un año logró acostumbrarse al ritmo de trabajo.

Con el toque de queda que rige desde las 14:00 hasta las 05:00, Huacás comentó que las horas de producción se acortaron. “Ya no es como antes que se trabajaba hasta las cuatro de la tarde, ahora es hasta antes de las dos. En la casa toca llegar a bañarse para cuidarse, ahora se los saluda a los compañeros desde lejos”, argumentó. (EOCF/APRN)