Coronavirus y miseria humana

GUSTAVO ORTIZ HIDALGO

En el Ecuador, la pandemia del coronavirus (Covid-19) no solo va dejando muerte y dolor en su tétrico camino, sino que va desnudando una realidad que no todos los ecuatorianos la hemos dimensionado como corresponde. Antes de la pandemia, el país ya tenía graves problemas de recesión económica, fruto de 10 años del régimen correísta, caracterizado por la corrupción, el despilfarro y la demagogia.

Si bien el presidente Moreno, desde el punto de vista político, se desmarcó a tiempo del correísmo, no sucedió lo mismo ni en el campo de la política económica ni respecto a la política anticorrupción. Para muestra un botón: el equipo económico que acompañó en los primeros años al presidente Moreno fue el mismo que, en coautoría con Correa, tomó decisiones funestas en la conducción económica del país; además, como sucedió en la crisis del terremoto, cuyo epicentro fueron las provincias de Manabí y Esmeraldas, las mismas “manos limpias” hoy se manchan de corrupción en la dura tragedia nacional que ha significado la pandemia (caso adquisición de insumos médicos para el IESS).

Resulta una verdad de Perogrullo afirmar que la pandemia va a tener efectos desastrosos en la economía nacional, agravados por los factores exógenos que la misma pandemia ha generado a nivel mundial y, principalmente, en aquellos países que son nuestros principales socios comerciales. Solo con el esfuerzo y la unidad de la gran mayoría de los ecuatorianos podremos salir adelante de este duro golpe que nos ha dado la vida.

Lo más lamentable de este triste escenario es que el capo y la banda mafiosa, que nos gobernaron una década, están dedicados a derramar su miseria humana, sembrando el odio y la división entre hermanos ecuatorianos. Pero el pueblo no es pendejo (parafraseando a Benjamín Carrión) y sabrá condenarlos, en su momento, en donde más les dolerá: en las urnas. (O)