Disciplina

PATRICIO CÓRDOVA CEPEDA

Hay que reconocer que en términos culturales nuestros países latinos, sus poblaciones, no han tenido como característica esencial de vida y organización LA DISCIPLINA. Más bien, con mayores o menores análisis, comentarios, vivencias, nos damos cuenta que uno de los defectos generales que forma parte de la naturaleza y expresión ciudadana, es la liberalidad con que tomamos las cosas y la falta de acatamiento a disposiciones de las autoridades y hasta de padres, docentes, directivos, etc. En los momentos actuales, con esta dramática situación del coronavirus en el mundo y en nuestro país, no podemos darnos el lujo o persistir en actos de indisciplina, en no cumplir lo que nos indican los funcionarios públicos, médicos, expertos, autoridades, a la cabeza el Presidente de la República.

Ya no es un tema de afecto a desafecto al gobernante, de ponernos tercos o necios y desconocer las disposiciones. La salud pública, es decir el bienestar de todos, depende de lo que cada uno hagamos o dejemos de hacer. Se afirma que las próximas semanas serán cruciales para el control del virus, para no contagiarnos ni contagiar, para ello la mejor colaboración es permanecer en casa, en lugares seguros, donde tenemos dominio de las actividades, de la presencia de seres humanos, de lo que consumimos, de quienes entran y salen de los hogares, como es obvio debemos aplicar las medidas generales y prácticas que recomiendan: lavado periódico de manos con agua y jabón, distancia entre personas, salir exclusivamente para lo elemental, en especial para el abasto de medicinas, alimentos, productos básicos.

Si estamos ante instantes vitales, es preferible que primando el esfuerzo colectivo, la solidaridad común, pese a la crisis económica que todos sentimos, se norme con rigor las actividades en los sectores públicos y privados. Las clases, los trabajos, la subsistencia, pueden esperar un rato. No así la vida, mucho más de seres amados de edad avanzada o vulnerables.