Actos de repudio

Marlon Tandazo Palacio

Hace mucho que los aldeanos terrícolas, no nos habíamos sentido tan identificados con toda la especie humana. Tenía que llegar la segunda década del siglo XXI, para entender que somos tan vulnerables y efímeros, como los primeros habitantes.

Más allá de que haya quienes continúen propagando la idea “hollywoodense” de que este virus Covid-19, fuera creado con fines políticos y/o económicos; lo que ha hecho este “bicho” microscópico, más minúsculo que un punto de este texto, tiene la fuerza apocalíptica de abrir paso a un nuevo orden mundial nunca antes vivido.

¿Quién hubiera imaginado que, con semejante tamaño, sería capaz de neutralizar a potencias que hasta hace poco presumían tener la receta para destruir al mundo? ¿Quién hubiera imaginado, que llegaría el día en que, sin importar edad, sexo, religión, condición, región y etnia, este virus alcanzaría con su fuerza destructiva a Raimundo y todo el mundo, incluyendo personajes influyentes?

Cuando agradecíamos a la era digital por mantenernos globalmente cercanos, pero en interacción frente a frente algunos estaban ya distanciados, llega un virus para obligarnos por nuestro bien, a que evitemos contacto social, a guardarnos en casa, a dedicar más de nuestro tiempo con quienes compartimos el mismo techo.

¿Obligados a hacer “cuarentena” en “cuaresma”? No sé hasta qué punto sea casual, hay quienes afirman que estaríamos pagando un “Karma mundial”, entendiendo Karma según las tradiciones orientales, como a esa acción de causa efecto. Y hay karmas donde no hay otro camino sino pagarlos con creces.

¿Cómo superar esta transición? Quizás una de las respuestas, nos llega del inglés Charles Darwin que murió hace más de cien años, pero nos dejó su legado, “El Origen de las Especies”, él explica que, no son los organismos más fuertes o más inteligentes los que sobreviven, sino los que se adaptan más rápido a los cambios. (O)

@marlontandazop