DIANA LUZURIAGA VERA
El mundo entero se encuentra en estado de alerta y preocupación por temas como el coronavirus en salud, la caída del precio del petróleo en lo económico y el cambio climático en lo ambiental, por citar sólo tres problemáticas globales. Haciendo un análisis reflexivo sobre lo que nos dicen estos sucesos es que el planeta tierra requiere cambios urgentes, en nuestros hábitos individuales y sistemáticos, en éste último me refiero al sistema de competitividad que nos rige, cegando los valores imprescindibles para la convivencia en sociedad y la búsqueda de los desarrollos individuales, basa nuestra vida en la sobrevivencia de los más fuertes o más avariciosos y corruptos, sobre los que tienen voto, pero no tienen voz.
Voy a tomar las palabras de Ernesto Ruiz U. “El drama de la emigración es una muestra de la crueldad de nuestro mundo, de las grandes desigualdades. Es una muestra de lo poco que hemos aprendido de nuestra experiencia histórica. Levantamos muros y perseguimos inmigrantes y refugiados facilitando la existencia de mafias que se aprovechan del mal ajeno”. Concuerdo en parte con el editorialista español, pero hace falta decir ¿qué pasa con los pésimos gobernantes que hacen que su gente huya, por qué permanecen en el poder?
Necesitamos ser más honestos, basta de discursos bonitos y echar culpas, asumamos la responsabilidad de mejorar la clase política, no necesitamos manipuladores, ni populistas, ni cobardes oportunistas, eso lo sabemos, ojalá lo recordemos en las próximas elecciones.
Basta de acumular quienes más tienen y de depender los que menos tienen, hagamos nuestra parte, innovemos, unámonos entre familiares, vecinos, amigos, generemos emprendimientos, podemos salir adelante si actuamos con solidaridad en la sociedad, cuidando de nuestra salud y ambiente todos los días.