Momentos difíciles.

José Benigno Carrión M.

No cabe duda que estamos viviendo momentos difíciles, angustiosos, en que se ha puesto a prueba la serenidad, la firmeza de nuestro pueblo. En verdad, cuando comenzábamos a enderezar ese hierro retorcido de la política, una nueva y desconocida enfermedad, el coronavirus, venida del mundo de oriente, desde la china milenaria, nos tiene en suspenso, no obstante, las medidas que la ciencia, los especialistas y las autoridades de salud aconsejan. La actitud- mejor la política- que el ministerio del ramo ha tomado, no cabe duda, está bien dirigida luchando, por cierto, contra un enemigo invisible que torna cada vez más complejo su enfrentamiento, pero que estamos seguros se están tomando las medidas más apropiadas para derrotar a tan peligroso flagelo. Si bien hay una situación crítica tampoco cabe amilanarse o aterrorizarse ante el momento adverso que atravesamos. No cabe crear monstruos imaginarios. La fantasía y la imaginación son terrenos propios de la novela y el cuento. Por el momento no cabe sino afrontar el problema con serenidad, con ecuanimidad, con ponderación, cumpliendo con todas las indicaciones que se están dando desde el Ministerio de Salud y que se adoptan además en otros países para enfrentar a tan obscuro adversario, que tenemos la certeza la ciencia, con sus nuevos avances, nos dará la solución favorable que esperamos. Pero hay algo que destacar que nos tonifica y fortalece en este momento, de zozobra e incertidumbre, y es que nuestro pueblo se muestra comprensivo y presto a colaborar con las exigencias y recomendaciones que la hora presente demandan, ya que cualquier desliz o error puede traer serias y nefastas consecuencias. Es la hora de ser o no ser. Esa es la cuestión, como nos recuerda Shakespeare en su obra inmortal: Hamlet. Así que manos a la obra. (O)