Suspenso y deliberación

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Con la noticia del “hoy no sabemos qué pase el mañana”, vivimos en ascuas esperando resultados propicios para lograr mejores días en el desenvolvimiento diario sin elucubraciones y los ayes constantes por las necesidades a que la vida nos orilla. Parece que falta mano dura, serias deliberaciones y una Ley exigente y proba para determinar en cada quien su merecido; abuso de poder es lo que más ha ocurrido en los últimos tiempos en el país, sembrando la maldad, la cizaña, el descaro y poderío en ‘don dinero’, dinero que muchos deben devolver de inmediato a las arcas del Estado, como lo es, según se dice en el último caso de prebendas por fasos casos de discapacidad, presentados en la institución de donde salen los ricos de los últimos tiempos, como es el caso de la refinería de Esmeraldas.

En suspenso estamos para saber cuándo se acreditarán los millones que se adjudicaron la semana pasada para obras urgentes en la provincia. Retomando las palabras del Segundo Mandatario del país, “la única forma de avanzar es dejando de discutir de pelear. Lo que esperan los jóvenes de la política es que quienes tienen la oportunidad de poder servir, se dediquen a resolver los problemas de la gente” y agrego, “se llega a un cargo a servir y no a servirse”. Qué bueno que a los jubilados de la Universidad se les reconozca el pago de su trabajo brindado por años, qué excelentes las expresiones del Rector de la Universidad, ahora sí, se procederá al pago justo de tantos maestros, trabajadores, empleados que por años han servido al Alma Máter y no han sido reconocidos en el pago.

Existen exmaestros con serias enfermedades que claman con justicia por su calidad humana, por su enfermedad que fue adquirida en el desenvolvimiento y ejercicio profesional. Es menester decir que lo primero es el pago del sustento diario de los servidores, maestros, quienes por años han dado la savia, la fortaleza, la entrega desinteresada al servicio de los demás, de la juventud, de la ciudad y provincia. En verdad que se vive el suspenso de la determinación justa de los valores a reconocer a sus dueños que en otrora no se comparan con salarios existentes. Bien por las familias esmeraldeñas que están a la espera del pago legal y justo del tiempo trabajado.

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