Faltan 11 meses para las elecciones más importantes de los últimos años y, entre tanta polémica interna, es imposible tener la certeza de si el CNE está trabajando en los tiempos y los modos adecuados para la organización. Más aún, no se han definido por completo ni el cronograma ni los recursos para llevarlo a cabo.
Más que en cualquier otro proceso, en los comicios de 2021 será fundamental que a la ciudadanía no le queden dudas de que los resultados definidos en las urnas se respeten, no puede haber ni un solo fantasma de fraude, ni apagón, ni pronunciamiento dubitativo. Y eso hay que construirlo desde este momento.
Debe quedar absolutamente claro si realmente se necesitan todos esos millones que la Presidenta del CNE dice que se requieren, debe haber la predisposición también del Gobierno de garantizar los recursos para la elección y debe existir precisión de cirujano para que los tiempos no vayan a quedar cortos.
En estos días, hemos visto un segundo llamado de atención del Tribunal Contencioso Electoral por decisiones mal administradas por parte del CNE y hemos escuchado a un consejero de minoría declarar que la entidad está al borde de un suicidio por su división interna y que lo mejor sería que todos renunciaran.
No creemos que dejar en este momento al organismo en acefalía sea la solución, pero sí defendemos que el país exija que, sin dejar el debate propio de cualquier democracia, se apresuren a obtener los acuerdos mínimos para seguir trabajando en lo verdaderamente importante.
Cuando mejor es uno, tanto más difícilmente llega a sospechar de la maldad de los otros”. Cicerón Orador romano (106 AC-43 AC)
El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad”. Albert Einstein Científico alemán (1879-1955)