El ayuno y la cuaresma

LAURA BENÍTEZ CISNEROS.

El ayuno es una práctica muy común en todas las religiones del mundo en sus creencias manifiestan que no comer durante un cierto tiempo los acerca más a la Divinidad. Ya que el ayuno es la expresión de arrepentimiento para buscar la paz y tranquilidad con una meditación sana.

No debemos caer en el error de pensar que el ayuno compensa nuestros pecados, si queremos que nuestro ayuno sea aprobado debemos ser correctos en nuestros actos, principios y deberes como buenos católicos y cristianos, que para obtener la recompensa no basta con ayunar lo que se necesita es un verdadero arrepentimiento y acto de contrición tanto moral y espiritual en estos tiempos de corrupción delincuencia y maldad.

Desde mi punto de vista, ayunar no es obligatorio, pero tampoco puede decirse que este mal, en determinadas circunstancias puede ser beneficioso, siempre y cuando se lo haga por un motivo correcto. Nuestro ayuno al señor debe caracterizarse por alegría, paz, libertad y tranquilidad.

En cuanto a la Cuaresma, se dice que son los 40 días del ayuno cuaresmal que se celebra antes de la Pascua o S emana Mayor, simbolizan los 40 días que Jesús paso ayunando en el desierto. Sin embargo Jesús nunca mando a sus discípulos conmemorar aquel suceso, ni existen indicios de que estos lo hicieran alguna vez. Se cree que la primera misión confiable de la celebración de esta práctica aparece hacia el año 330 en cartas de Atanasio que datan de esa fecha.

El ayuno de Jesús lo realizó después de que fue bautizado y no antes de su muerte.

Resulta asombroso que la Cuaresma se la celebre en semanas antes de la Pascua, en la antigüedad los babilonios, egipcios, y griegos realizaban ayunos de 40 días, a principios de cada año, para mucha gente esta celebración cristiana de la cuaresma, procede de aquellas culturas.