Miércoles de Ceniza

Diana Luzuriaga Vera

Las páginas del calendario caen inevitablemente sobre nuestras vidas y marcan en ellas gran parte de los hábitos y costumbres de nuestra sociedad. Hoy, Miércoles de Ceniza, es un día muy especial para muchas personas de la Iglesia Católica y de ciertas Iglesias Evangélicas. En este espacio comparto con quienes asoman su mirada diaria a la ventana informativa de este periódico una breve reseña de la historia y significado de esta tradición religiosa.

El miércoles de ceniza está muy unido con la penitencia, que se expresaba entre los hebreos cubriéndose la cabeza de ceniza y vistiéndose de aquel áspero paño llamado cilicio, esto representaba su voluntad de convertirse. La imposición de la cruz en la frente marca el inicio de la Cuaresma, tiempo de oración y de conversión para los católicos de todo el mundo, data desde el siglo IV con la práctica del ayuno y de la abstinencia, la ceniza que utilizan los sacerdotes es producto de la quema de los ramos de palma usados en la misa del Domingo de Ramos, es decir que son conservados cerca de un año.

Acostumbrados a vivir en la rutina, es común tratar este día como uno más. Sin embargo, es necesario considerar algunas cuestiones antes de hacer caso omiso de esta fecha, que independientemente de la religión nos invita a reflexionar sobre nuestra actitud, a superar la indolencia, la pereza, y servir a los demás, en fraternidad, compasión, solidaridad y justicia. Se trata de poner un poco más de paz y orden en nosotros mismos para poder avanzar y que el “Ven y sígueme” de Jesús, sea posible.

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