Muestra, espacio

Andrés Pachano

Se dice que cuando una obra de arte emociona -en cualquier sentido- ella cumple un rol estético; esa emoción, aquella experiencia casi indefinible que el arte produce en el ser humano (se me ocurre) es la esencia del gusto o quizá “la percepción de la belleza”.

Apropiada definición para comentar una muestra de arte y un espacio para él cumplidos con motivo de la Fiesta de la Fruta. El arte lo brindan tres cultores de la sensibilidad humana: el doctor Francisco Suárez, el artista Noé Mayorga y el señor Luis Ulises Moreno. Con la muestra de ellos se inauguró un sobrio espacio que la Municipalidad de la ciudad entrega a la ciudadanía en su edificio del centro de la ciudad. Área de importante dimensión, con condiciones apropiadas; el espacio es generoso y pulcramente remodelado para este fin. Un acierto del Municipio ambateño, que deberá completarse con la expedición de una norma legal que rija el ordenado desenvolvimiento de este espacio para el goce y disfrute del arte.

Las tres exposiciones están hechas con meticulosa curaduría, que las confiere –a las tres- de digna seriedad. Esa la manera de montar una exposición.

El entorno de este espacio es apropiado para el montaje de la muestra de grandes dimensiones: por su formato, por su número y por su calidad; es la obra del doctor Francisco Suárez; se puede sentir -en su magnitud- la emoción sobrecogedora que transmite. Impactante en su concepto, tanto en los retratos que expone: los de los prohombres de la ciudad y los retratos de los dolientes seres de la tierra.

Emoción enternecedora es lo que produce la esmerada muestra de miniaturas realizadas con profundo cariño, con habilidad, delicadeza y pasión. Un hálito de especial ternura invade la sala del maestro Luis Ulises Moreno, deja un cálido regusto.

La muestra de Noé Mayorga, seria, profesional, arte en que la idea es lo preponderante, ella el concepto global de toda su instalación, sus objetos, sus dibujos, sus piezas escultóricas; muestra valiosa por su fondo y por su forma; hay que mirarla en su hermosa integralidad.

Podemos concluir que todo este entorno: espacio y obra de los artistas: emociona, gusta; la estética se ha reunido.