‘Guaytambos’, orgullo que permanece en el tiempo

Tradición. En varios sectores se conserva plantas de los guaytambos.
Tradición. En varios sectores se conserva plantas de los guaytambos.

La pasión y fuerza que tienen los ambateños para superar los obstáculos se traduce también en un gran orgullo de pertenecer a la tierra de la fruta y de las flores, el honor de ser ‘guaytambo.

Un apelativo inconfundible que por años ha ganado reconocimiento no solo a nivel nacional, sino incluso en cada lugar del mundo donde se encuentra un ambateño.

Pero cómo nace esta designación para los ciudadanos procedentes de una ciudad pequeña, pero llena de ideas, emprendimiento y oportunidades.

Para el ambateño Hermann Saá, de 74 años, este sobrenombre proviene de uno de los hitos de la cultura ambateña como es la introducción de una nueva variedad de fruta que gestó Abelardo Pachano Lalama, uno de los primeros ingenieros agrónomos de la ciudad.

Historia

Según rememora Saá cuando Abelardo Pachano culminó sus estudios en el extranjero trajo consigo una variedad de durazno, conocido en Estados Unidos como White Californiano, es decir el Blanco Californiano.

En aquel tiempo Ambato se caracterizaba por sus 12 pisos altitudinales que permitían una diversidad de suelos productivos que eran aprovechados por los agricultores que generaban de igual forma una infinidad de productos frutícolas incomparable.

Las extensiones de terreno fértil permitían que grandes propiedades se conviertan en plantaciones de frutales, los famosos huertos.

Frutas de diferente color, flores y decenas de especies nativas convivían en lo que ahora es Ficoa, Miraflores, La Península, La Victoria, en este último lugar que anteriormente se conocía como El Tambo fue donde el agrónomo Pachano Lalama sembró la nueva variedad traída del norte.

Fueron días de trabajo y esfuerzo por aclimatar a este huerto con el que soñaba el joven agrónomo. El durazno ‘White del Tambo’ como lo denominó posteriormente se adecuó y aferró a esta ciudad.

Más tarde esta variedad de fruta se propagó no solo por su sabor y aroma, sino también por el esplendor de sus plantas y flores, convirtiéndose en el ícono de la ciudad y la fruta predilecta de los ecuatorianos, ya que el guaytambo se comercializaba en los mercados de Cotopaxi, Chimborazo, Imbabura y hasta en varias ciudades de Colombia.

En la actualidad esta fruta ha ido perdiendo vigencia en la ciudad, sin embargo, en varios lugares hacen esfuerzos para conservarla. (FCT)

Historio. En este sector se sembraron los primeros guaytambos de Ambato.
Historio. En este sector se sembraron los primeros guaytambos de Ambato.

El Tambo en Ambato

Casas, zonas comerciales, conjuntos habitacionales y más es lo que se ha levantado en los sectores comprendidos en el sector conocido como La Victoria, es allí donde hace varios años se ubicaba El Tambo, donde se inició con la siembra de los primeros guaytambos.

Según los ciudadanos el sector se llamaba El Tambo debido a que en ese entonces era como una estación donde descansaban las diligencias y el transporte de la época, el misma que se constituía de una carreta tirada por caballos.

En este espacio cambiaban de carretas, los caballos descansaban, se alimentaban y pernoctaban. “Ese era El Tambillo y El Tambo”, relató Hermann Saá, quien aseguró que de acuerdo a la historia todo el sector norte constituía grandes haciendas con huertos y plantas de una vasta diversidad.

Nostalgia. Varios ambateños se reúnen para contar las anécdotas de superación y empuje.
Nostalgia. Varios ambateños se reúnen para contar las anécdotas de superación y empuje.

Orgullo que trasciende

“Un verdadero ‘guaytambo’ es quien lleva en el corazón su cultura y a su gente”, comentó Catalina Sánchez, ambateña de 38 años quien desde muy joven salió de su ciudad, pero que entre sus conocidos en Quitumbe-Quito, donde actualmente radica, la conocen como la profe ‘guaytambita’.

Para ella ser ‘guaytambo’ de corazón significa reconocer su historia y saber de dónde proviene. “Es que se siente un gran orgullo decir que se viene de una tierra emprendedora y que ni los desastres naturales nos doblegan”, dijo.

Luego de ojear unas fotos de la historia de la ciudad Amable Córdova, empresario ambateño, aseguró que es imposible olvidar que fue hace decenas de años cuando la ciudad y su gente se levantaron de los escombros gracias al esfuerzo de cada uno de los ciudadanos.

“Ser ‘guaytambo’ es respetar ese legado, tomarlo como ejemplo y emprender”, comentó al tiempo de asegurar que la ciudad camina hacia el futuro, ya que basta con pararse por unos minutos al inicio de la calle 13 de Abril y observar el centro de la urbe y su crecimiento.

Tradición. En varios sectores se conserva plantas de los guaytambos.
Tradición. En varios sectores se conserva plantas de los guaytambos.

Una fruta, símbolo y cultura

El guaytambo es un durazno del tamaño de una manzana pequeña, y tiene la piel y la pulpa de color blanco de allí su nombre original ‘White del Tambo’.

Luego de la adaptación y aclimatización de esta fruta en Ambato su árbol tiene una altura aproximada de 1,5 metros.

A simple vista es idéntico a una planta de durazno tradicional, sin embargo, posee una particularidad y es que en época de florecimiento desprende una agradable fragancia dulce, la misma que se percibe a cientos de metros lo cual alerta de la cercanía de la cosecha.

El tiempo de maduración de la fruta no supera las 12 semanas. Sin embargo, el tiempo que transcurre entre la siembra y la colecta es de entre cinco y seis meses.

Mientras tanto la textura de la fruta es muy suave y su sabor es dulce, pero no empalagoso.

En la provincia hay una extensa variedad de duraznos y son considerados como ‘La fruta de la longevidad’, ya que poseen propiedades para tener un buen cutis, además de ser laxantes, diuréticos y depurativos naturales.

Según investigaciones sus flores tienen propiedades antihelmínticas y antiespasmódicas, favorecen la hidratación de la piel y la reconstrucción de los tejidos.

Otras variedades:

El nectarino

Su característica principal es que son jugosos, de textura lisa, pulpa amarilla bien adherida a la pepa y con su cáscara roja brillante debido a que esta fruta es el resultado de la combinación que se hace entre el durazno puro y la claudia. Esta variedad se cultiva más en las parroquias Huachi, Montalvo, los cantones Cevallos, Tisaleo y Píllaro.

Albaricoque

Esta especie tiene una cáscara lisa, pulpa pequeña y se separa con facilidad de la pepa. Las hojas de la planta de albaricoque es acorazonada. Fue introducida desde Armenia. La siembra se hace por semilla, sin embargo, para acelerar su desarrollo se realizan injertos y al tercer año da frutos con normalidad.

Conservero

Su pulpa se desprende con facilidad de la pepa y es de color blanco. Su tamaño oscila entre mediano y grande. Se utiliza más para dulces y conservas, y la mayor cantidad de cultivos de este tipo está en Azuay. En este grupo también hay variedades rojas y amarillas.

Monarca

Es el más pequeño de los duraznos. Tiene la pulpa roja como la remolacha. Las plagas y enfermedades más comunes son el pulgón, el oídio, la mosca de la fruta y la monilla. Atacan a las hojas y debilitan hasta secarlas. Se los ataca con abonos orgánicos que controlan la maleza. Una planta sana crece de tres hasta cinco metros.

El Tejón

Pertenece a la línea de los priscos. Su pulpa es amarilla y sabrosa. Los frutales se siembran a una distancia de cinco metros. En una hectárea pueden entrar hasta 400 plantas. Dependiendo el cuidado y la poda cada árbol da dos cajas (40 kilos) al año.