La justicia y su verdad

La justicia es el pilar más firme de Dios. La justicia ecuatoriana, se encuentra hoy en día en una verdadera encrucijada. En sus manos está el caso más significativo y sin precedentes que la justicia y su historia reciente, lo recuerden, como es el caso ‘Sobornos 2012-2016’. Los abogados defensores de los acusados, con el expresidente a la cabeza, se están valiendo de todas las argucias y artimañas posibles, para entorpecerlo, cuando este es el ovillo de la madeja de una gigantesca corrupción, nunca vivida en el país, como son los sobreprecios en obras emblemáticas; peculado; asociación ilícita; tráfico de influencias; concusión; lavado de activos; testaferrismo; malversación de fondos públicos, etc. Los jueces tienen la obligación moral, ética y profesional de mostrar su valentía y decisión y no ser propensos a la venalidad, banalidad y más corrupción. La justicia no debe, ni puede nunca jamás caer en esa etapa oscura y ominiosa del correísmo. Fue una época de escarnio y vergüenza y con una lacra sin remedio. Su accionar y procedimientos deben dirigirse hacia un norte de verdad, sin favor ni temor a nada ni a nadie, consecuentemente nadie está por encima de la Ley y la Justicia. Correa y sus compinches, se creyeron intocables, con la utopía de la refundación y su falsa y mentirosa Revolución Ciudadana y esa otra vergüenza del Socialismo del Siglo XXI. Esperemos, que la Corte haga justicia, cumpla con su sagrado deber, dando este paso trascendental, en el largo y tortuoso camino para salir del atraso, el engaño, el escarnio y la corrupción en que nos sumió el populismo correísta. El futuro de la Patria depende de una Justicia imparcial, verdadera e independiente. Los culpables de tanta ignominia deben ir al lugar que les corresponde: la cárcel.

Fabián Francisco Pérez de Castro
CC: 170237767-0