Reemplacemos los bombones

Se vuelve difícil hablar de amor y de amistad cuando cotidianamente competimos más de lo que colaboramos. Es más difícil aún aplicar esas dos palabras en un año preelectoral, sabiendo que las ideologías políticas son tan mal concebidas que pueden provocar riñas familiares, romper amistades o generar ataques hacia los que no piensan igual.

¿Y si sacamos los chocolates de las cajas y las llenamos con respeto? Hay que entender que el respeto debe ser la base para cualquier demostración de cariño y que puede aplicarse de formas infinitas, aunque la publicidad nos quiera convencer de que todo debe ser tangible, de color rojo y solo entregarse el 14 de febrero.

Son el amor y la amistad realidades necesarias para construir una mejor sociedad y es fácil emplear estos dos términos en el día a día. Para eso hay otra palabra: empatía.

Qué mejor demostración de afecto que ponerse en los zapatos del otro, no solo en San Valentín, no solo en Navidad, o en alguna otra fecha, de esas, a las que el consumismo les ha quitado su valor original.

El mejor regalo que podríamos darnos como sociedad sería el tratar de entender las motivaciones de otros antes de criticarlas y eliminar de nuestro ‘chip’ las ideas de amor romántico que nos vende el cine.

En épocas donde seis de cada 10 mujeres son maltratadas o las personas con diferente orientación sexual siguen siendo señaladas, hay que priorizar cuál es el concepto de amor que queremos practicar. El de las flores y bombones es caduco en una sociedad así de intransigente, que exige más de lo que da.


Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener”. Alphonse Karr Escritor francés (1808-1890)

El carácter de cada hombre es el árbitro de su fortuna”. Publio Siro Poeta dramático romano (Siglo I AC-?)