Improvisación institucionalizada

Muchos hemos señalado la grave improvisación en comunicación que agobia al Gobierno. El Presidente ha sido expuesto a fuertes críticas por intervenciones y declaraciones que, además de prestarse para la burla, han sido surrealistas y absurdas. Parece increíble que, después de años, aún no se decidan en solucionar el aspecto comunicacional. Deberían saber que cuando la comunicación falla, además de chistes y memes, que son lo de menos, puede haber consecuencias gravísimas.

El paro de octubre es una demostración. La falta de comunicación y empatía con la ciudadanía y los sectores sociales han contribuido al malestar y sabemos muy bien como acabó todo. Ahora enfrentamos una crisis y la comunicación sigue siendo improvisada e inadecuada.

Sobre el caso del ciudadano chino que podría padecer coronavirus se ha adoptado una línea comunicacional paupérrima y ofensiva para con la población. El test para ver si tiene coronavirus fue enviado hace una semana y nos dicen que todavía hay que esperar. Luego dan inútiles ruedas de prensa, en donde tampoco dicen nada.

El sábado, un funcionario declara que el ciudadano en cuestión dio positivo a otro virus que no es el coronavirus, pero no pueden decir cuál es, aumentando las especulaciones. El mismo sábado, el Ministerio de Salud desautoriza al funcionario para, después de pocas horas, confirmar que, efectivamente, el ciudadano chino dio positivo a otro virus.

Da pena decir que al Presidente, desde el área de comunicación, no sólo no se lo cuida, sino que además se lo expone. Su área comunicacional es la principal responsable de la pésima aceptación del mandatario. Esperemos que pronto dejen de hablar de circo, con el cual se están identificando demasiado, para empezar a hablar de los temas que más nos preocupan como el coronavirus. Parecería que el Ejecutivo subestima esta emergencia. Si la situación empeorara tendría una corresponsabilidad enorme.

Transparenten la comunicación desde el Ministerio de Salud; informen de manera profesional cómo van las cosas, pues su silencio pronto podría volverse cómplice de las ‘fake news’. Lo están haciendo mal.

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