La desaparición de lo ordinario

Jaime A. Guzmán R.

En el mes de mayo de 2019, logré la oportunidad de visitar algunas urbes de los Estados Unidos de Norteamérica.

Su organización, su belleza paradisiaca y sobre todo el extraordinario desarrollo logrado en los últimos años, me asombró de sobremanera y me llenaron de ensueños y alegría. Uno de las cosas maravillosas- hay miles más- que me impresionaron mucho fue el acabado y esplendor de sus puentes: No poseían ninguna pintura de colores variados, ni dibujos de mal gusto como ordinariamente poseen los nuestros; simplemente tenían cemento visto, posiblemente con una mezcla decorativa, pero muy elegante, con un acabado suave, sencillo y muy atractivo.

De acuerdo al criterio de muchas personas, especialmente de algunos ingenieros y arquitectos lojanos, a quienes comenté el particular, me supieron manifestar que el uso del hormigón visto es una técnica que cobra cada vez mayor fuerza por tratarse de una pericia eficaz, en el cual se utiliza un producto económico a largo plazo, fácil de limpiar, con acabados atractivos y amigable con la naturaleza.

Actualmente dicha técnica y tecnología ya se viene usando en una amplia gama de construcciones y tipologías en un sinnúmero de países e incluso en algunas ciudades de nuestra nación – en nuestra ciudad, por desgracia, todavía no- con excelentes resultados.

Lo admito. El asunto que hoy estamos bosquejando y/o exponiendo aquí es probablemente un poco austero y de poco valor para muchos coterráneos. Sin embargo, estos ejemplos son dignos de imitar y necesarios para abaratar los costos y mejorar los valores estéticos de una ciudad. (O)

[email protected]

Jaime A. Guzmán R.

En el mes de mayo de 2019, logré la oportunidad de visitar algunas urbes de los Estados Unidos de Norteamérica.

Su organización, su belleza paradisiaca y sobre todo el extraordinario desarrollo logrado en los últimos años, me asombró de sobremanera y me llenaron de ensueños y alegría. Uno de las cosas maravillosas- hay miles más- que me impresionaron mucho fue el acabado y esplendor de sus puentes: No poseían ninguna pintura de colores variados, ni dibujos de mal gusto como ordinariamente poseen los nuestros; simplemente tenían cemento visto, posiblemente con una mezcla decorativa, pero muy elegante, con un acabado suave, sencillo y muy atractivo.

De acuerdo al criterio de muchas personas, especialmente de algunos ingenieros y arquitectos lojanos, a quienes comenté el particular, me supieron manifestar que el uso del hormigón visto es una técnica que cobra cada vez mayor fuerza por tratarse de una pericia eficaz, en el cual se utiliza un producto económico a largo plazo, fácil de limpiar, con acabados atractivos y amigable con la naturaleza.

Actualmente dicha técnica y tecnología ya se viene usando en una amplia gama de construcciones y tipologías en un sinnúmero de países e incluso en algunas ciudades de nuestra nación – en nuestra ciudad, por desgracia, todavía no- con excelentes resultados.

Lo admito. El asunto que hoy estamos bosquejando y/o exponiendo aquí es probablemente un poco austero y de poco valor para muchos coterráneos. Sin embargo, estos ejemplos son dignos de imitar y necesarios para abaratar los costos y mejorar los valores estéticos de una ciudad. (O)

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En el mes de mayo de 2019, logré la oportunidad de visitar algunas urbes de los Estados Unidos de Norteamérica.

Su organización, su belleza paradisiaca y sobre todo el extraordinario desarrollo logrado en los últimos años, me asombró de sobremanera y me llenaron de ensueños y alegría. Uno de las cosas maravillosas- hay miles más- que me impresionaron mucho fue el acabado y esplendor de sus puentes: No poseían ninguna pintura de colores variados, ni dibujos de mal gusto como ordinariamente poseen los nuestros; simplemente tenían cemento visto, posiblemente con una mezcla decorativa, pero muy elegante, con un acabado suave, sencillo y muy atractivo.

De acuerdo al criterio de muchas personas, especialmente de algunos ingenieros y arquitectos lojanos, a quienes comenté el particular, me supieron manifestar que el uso del hormigón visto es una técnica que cobra cada vez mayor fuerza por tratarse de una pericia eficaz, en el cual se utiliza un producto económico a largo plazo, fácil de limpiar, con acabados atractivos y amigable con la naturaleza.

Actualmente dicha técnica y tecnología ya se viene usando en una amplia gama de construcciones y tipologías en un sinnúmero de países e incluso en algunas ciudades de nuestra nación – en nuestra ciudad, por desgracia, todavía no- con excelentes resultados.

Lo admito. El asunto que hoy estamos bosquejando y/o exponiendo aquí es probablemente un poco austero y de poco valor para muchos coterráneos. Sin embargo, estos ejemplos son dignos de imitar y necesarios para abaratar los costos y mejorar los valores estéticos de una ciudad. (O)

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Jaime A. Guzmán R.

En el mes de mayo de 2019, logré la oportunidad de visitar algunas urbes de los Estados Unidos de Norteamérica.

Su organización, su belleza paradisiaca y sobre todo el extraordinario desarrollo logrado en los últimos años, me asombró de sobremanera y me llenaron de ensueños y alegría. Uno de las cosas maravillosas- hay miles más- que me impresionaron mucho fue el acabado y esplendor de sus puentes: No poseían ninguna pintura de colores variados, ni dibujos de mal gusto como ordinariamente poseen los nuestros; simplemente tenían cemento visto, posiblemente con una mezcla decorativa, pero muy elegante, con un acabado suave, sencillo y muy atractivo.

De acuerdo al criterio de muchas personas, especialmente de algunos ingenieros y arquitectos lojanos, a quienes comenté el particular, me supieron manifestar que el uso del hormigón visto es una técnica que cobra cada vez mayor fuerza por tratarse de una pericia eficaz, en el cual se utiliza un producto económico a largo plazo, fácil de limpiar, con acabados atractivos y amigable con la naturaleza.

Actualmente dicha técnica y tecnología ya se viene usando en una amplia gama de construcciones y tipologías en un sinnúmero de países e incluso en algunas ciudades de nuestra nación – en nuestra ciudad, por desgracia, todavía no- con excelentes resultados.

Lo admito. El asunto que hoy estamos bosquejando y/o exponiendo aquí es probablemente un poco austero y de poco valor para muchos coterráneos. Sin embargo, estos ejemplos son dignos de imitar y necesarios para abaratar los costos y mejorar los valores estéticos de una ciudad. (O)

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