Reglas del juego electoral en permanente cambio

María Rosa Zury

Hace una década, el Gobierno de turno plasmó en el Código de la Democracia sus intenciones de controlar el sistema político y electoral del país. Tras dos años buscando revertir este hecho, la Asamblea Nacional reformó un total de 160 artículos de este cuerpo normativo. Entre ellos incluye un mayor control del gasto electoral con la finalidad de transparentar el proceso y evitar futuras coimas, sobornos o movimientos ilícitos que, en los últimos años, involucraron a distintos integrantes del Movimiento PAIS.

Además, se dio paso al cambio en el método de asignación de escaños para asambleístas. Se sustituyó el método D’Hondt por el de Webster para evitar que los grandes partidos políticos continúen asegurándose curules adicionales. Sin embargo, queda en duda si esta reforma asegurará una verdadera proporcionalidad política y de representación, pues hace 10 años se argumentó lo mismo acerca del método D’Hont. Se adoptó también la votación por listas cerradas y bloqueadas. Al respecto vale cuestionarse si las organizaciones políticas están listas para trabajar con base en programas y no a personas. O si usted, en tanto que elector, se siente lo suficientemente responsable para analizar esas propuestas antes de dar su voto.

A primera vista, las reformas al Código de la Democracia –que cambian una vez más las reglas del juego político y electoral– son positivas y encaminadas a mejorar el sistema democrático del Ecuador. Sin embargo, solo el tiempo nos demostrará si los cambios realizados fueron integrales, respondieron a criterios técnicos y son aplicables o si, por el contrario, son el resultado de intereses políticos y de cálculos electorales de cara a la contienda de 2021. (O)

María Rosa Zury

Hace una década, el Gobierno de turno plasmó en el Código de la Democracia sus intenciones de controlar el sistema político y electoral del país. Tras dos años buscando revertir este hecho, la Asamblea Nacional reformó un total de 160 artículos de este cuerpo normativo. Entre ellos incluye un mayor control del gasto electoral con la finalidad de transparentar el proceso y evitar futuras coimas, sobornos o movimientos ilícitos que, en los últimos años, involucraron a distintos integrantes del Movimiento PAIS.

Además, se dio paso al cambio en el método de asignación de escaños para asambleístas. Se sustituyó el método D’Hondt por el de Webster para evitar que los grandes partidos políticos continúen asegurándose curules adicionales. Sin embargo, queda en duda si esta reforma asegurará una verdadera proporcionalidad política y de representación, pues hace 10 años se argumentó lo mismo acerca del método D’Hont. Se adoptó también la votación por listas cerradas y bloqueadas. Al respecto vale cuestionarse si las organizaciones políticas están listas para trabajar con base en programas y no a personas. O si usted, en tanto que elector, se siente lo suficientemente responsable para analizar esas propuestas antes de dar su voto.

A primera vista, las reformas al Código de la Democracia –que cambian una vez más las reglas del juego político y electoral– son positivas y encaminadas a mejorar el sistema democrático del Ecuador. Sin embargo, solo el tiempo nos demostrará si los cambios realizados fueron integrales, respondieron a criterios técnicos y son aplicables o si, por el contrario, son el resultado de intereses políticos y de cálculos electorales de cara a la contienda de 2021. (O)

María Rosa Zury

Hace una década, el Gobierno de turno plasmó en el Código de la Democracia sus intenciones de controlar el sistema político y electoral del país. Tras dos años buscando revertir este hecho, la Asamblea Nacional reformó un total de 160 artículos de este cuerpo normativo. Entre ellos incluye un mayor control del gasto electoral con la finalidad de transparentar el proceso y evitar futuras coimas, sobornos o movimientos ilícitos que, en los últimos años, involucraron a distintos integrantes del Movimiento PAIS.

Además, se dio paso al cambio en el método de asignación de escaños para asambleístas. Se sustituyó el método D’Hondt por el de Webster para evitar que los grandes partidos políticos continúen asegurándose curules adicionales. Sin embargo, queda en duda si esta reforma asegurará una verdadera proporcionalidad política y de representación, pues hace 10 años se argumentó lo mismo acerca del método D’Hont. Se adoptó también la votación por listas cerradas y bloqueadas. Al respecto vale cuestionarse si las organizaciones políticas están listas para trabajar con base en programas y no a personas. O si usted, en tanto que elector, se siente lo suficientemente responsable para analizar esas propuestas antes de dar su voto.

A primera vista, las reformas al Código de la Democracia –que cambian una vez más las reglas del juego político y electoral– son positivas y encaminadas a mejorar el sistema democrático del Ecuador. Sin embargo, solo el tiempo nos demostrará si los cambios realizados fueron integrales, respondieron a criterios técnicos y son aplicables o si, por el contrario, son el resultado de intereses políticos y de cálculos electorales de cara a la contienda de 2021. (O)

María Rosa Zury

Hace una década, el Gobierno de turno plasmó en el Código de la Democracia sus intenciones de controlar el sistema político y electoral del país. Tras dos años buscando revertir este hecho, la Asamblea Nacional reformó un total de 160 artículos de este cuerpo normativo. Entre ellos incluye un mayor control del gasto electoral con la finalidad de transparentar el proceso y evitar futuras coimas, sobornos o movimientos ilícitos que, en los últimos años, involucraron a distintos integrantes del Movimiento PAIS.

Además, se dio paso al cambio en el método de asignación de escaños para asambleístas. Se sustituyó el método D’Hondt por el de Webster para evitar que los grandes partidos políticos continúen asegurándose curules adicionales. Sin embargo, queda en duda si esta reforma asegurará una verdadera proporcionalidad política y de representación, pues hace 10 años se argumentó lo mismo acerca del método D’Hont. Se adoptó también la votación por listas cerradas y bloqueadas. Al respecto vale cuestionarse si las organizaciones políticas están listas para trabajar con base en programas y no a personas. O si usted, en tanto que elector, se siente lo suficientemente responsable para analizar esas propuestas antes de dar su voto.

A primera vista, las reformas al Código de la Democracia –que cambian una vez más las reglas del juego político y electoral– son positivas y encaminadas a mejorar el sistema democrático del Ecuador. Sin embargo, solo el tiempo nos demostrará si los cambios realizados fueron integrales, respondieron a criterios técnicos y son aplicables o si, por el contrario, son el resultado de intereses políticos y de cálculos electorales de cara a la contienda de 2021. (O)