La chamiza se encendió por las Fiestas de Quito

En la capital se encendieron las fiestas con la llama de la tradición. En el marco de las celebraciones de Fundación de Quito, la plaza de San Francisco, la más grande del Centro Histórico, fue el escenario de la ‘Fiesta del fuego y de los chasquis’ para prender, de manera simbólica, las festividades por el aniversario de la ciudad. La ceremonia se realizó el pasado viernes, y busca reconstituirse como una tradición anual.

El concejal Marco Colahuazo, encendió el fuego en la estructura que se levantó en el Pretil de la Iglesia de San Francisco, e invitó a los vecinos a disfrutar de tradiciones, música y danza que se presentaron para el deleite de los asistentes.

“Es una tradición que Quito mantuvo por muchos años y que, desde la década de los 70, se había paralizado. Ahora se retoma, como inicio de las fiestas” afirmó. El recobrar esta costumbre que fue marca de la identidad quiteña tiene, además, un significado simbólico: “Esta vez se ha pensado que, a través de la simbología del fuego, los vecinos se dirijan a sus barrios y comunas para continuar con la fiesta”.

Enfoque en los sectores
En el evento, 15 hombres representaron a los chasquis, hombres que recorrían extensas distancias en calidad de mensajeros del imperio incaico. Ellos prendieron sus antorchas y llevaron el fuego a pie hasta 15 barrios del Distrito, para encender una chamiza en cada uno de ellos y dar inicio a la fiesta.

Mientras tanto, en la misma plaza hubo música y danza a cargo de la agrupación Memorias sonoras de Quito, de Fabiano Kueva, El Candombe de las Tripas, el dúo Mariela Condo y la Banda Municipal.

Al finalizar, el curiquingue y la vaca loca bailaron al son de la Banda Municipal. La noche terminó con la quema del castillo pirotécnico, propio de las fiestas populares. (CM)

En la capital se encendieron las fiestas con la llama de la tradición. En el marco de las celebraciones de Fundación de Quito, la plaza de San Francisco, la más grande del Centro Histórico, fue el escenario de la ‘Fiesta del fuego y de los chasquis’ para prender, de manera simbólica, las festividades por el aniversario de la ciudad. La ceremonia se realizó el pasado viernes, y busca reconstituirse como una tradición anual.

El concejal Marco Colahuazo, encendió el fuego en la estructura que se levantó en el Pretil de la Iglesia de San Francisco, e invitó a los vecinos a disfrutar de tradiciones, música y danza que se presentaron para el deleite de los asistentes.

“Es una tradición que Quito mantuvo por muchos años y que, desde la década de los 70, se había paralizado. Ahora se retoma, como inicio de las fiestas” afirmó. El recobrar esta costumbre que fue marca de la identidad quiteña tiene, además, un significado simbólico: “Esta vez se ha pensado que, a través de la simbología del fuego, los vecinos se dirijan a sus barrios y comunas para continuar con la fiesta”.

Enfoque en los sectores
En el evento, 15 hombres representaron a los chasquis, hombres que recorrían extensas distancias en calidad de mensajeros del imperio incaico. Ellos prendieron sus antorchas y llevaron el fuego a pie hasta 15 barrios del Distrito, para encender una chamiza en cada uno de ellos y dar inicio a la fiesta.

Mientras tanto, en la misma plaza hubo música y danza a cargo de la agrupación Memorias sonoras de Quito, de Fabiano Kueva, El Candombe de las Tripas, el dúo Mariela Condo y la Banda Municipal.

Al finalizar, el curiquingue y la vaca loca bailaron al son de la Banda Municipal. La noche terminó con la quema del castillo pirotécnico, propio de las fiestas populares. (CM)

En la capital se encendieron las fiestas con la llama de la tradición. En el marco de las celebraciones de Fundación de Quito, la plaza de San Francisco, la más grande del Centro Histórico, fue el escenario de la ‘Fiesta del fuego y de los chasquis’ para prender, de manera simbólica, las festividades por el aniversario de la ciudad. La ceremonia se realizó el pasado viernes, y busca reconstituirse como una tradición anual.

El concejal Marco Colahuazo, encendió el fuego en la estructura que se levantó en el Pretil de la Iglesia de San Francisco, e invitó a los vecinos a disfrutar de tradiciones, música y danza que se presentaron para el deleite de los asistentes.

“Es una tradición que Quito mantuvo por muchos años y que, desde la década de los 70, se había paralizado. Ahora se retoma, como inicio de las fiestas” afirmó. El recobrar esta costumbre que fue marca de la identidad quiteña tiene, además, un significado simbólico: “Esta vez se ha pensado que, a través de la simbología del fuego, los vecinos se dirijan a sus barrios y comunas para continuar con la fiesta”.

Enfoque en los sectores
En el evento, 15 hombres representaron a los chasquis, hombres que recorrían extensas distancias en calidad de mensajeros del imperio incaico. Ellos prendieron sus antorchas y llevaron el fuego a pie hasta 15 barrios del Distrito, para encender una chamiza en cada uno de ellos y dar inicio a la fiesta.

Mientras tanto, en la misma plaza hubo música y danza a cargo de la agrupación Memorias sonoras de Quito, de Fabiano Kueva, El Candombe de las Tripas, el dúo Mariela Condo y la Banda Municipal.

Al finalizar, el curiquingue y la vaca loca bailaron al son de la Banda Municipal. La noche terminó con la quema del castillo pirotécnico, propio de las fiestas populares. (CM)

En la capital se encendieron las fiestas con la llama de la tradición. En el marco de las celebraciones de Fundación de Quito, la plaza de San Francisco, la más grande del Centro Histórico, fue el escenario de la ‘Fiesta del fuego y de los chasquis’ para prender, de manera simbólica, las festividades por el aniversario de la ciudad. La ceremonia se realizó el pasado viernes, y busca reconstituirse como una tradición anual.

El concejal Marco Colahuazo, encendió el fuego en la estructura que se levantó en el Pretil de la Iglesia de San Francisco, e invitó a los vecinos a disfrutar de tradiciones, música y danza que se presentaron para el deleite de los asistentes.

“Es una tradición que Quito mantuvo por muchos años y que, desde la década de los 70, se había paralizado. Ahora se retoma, como inicio de las fiestas” afirmó. El recobrar esta costumbre que fue marca de la identidad quiteña tiene, además, un significado simbólico: “Esta vez se ha pensado que, a través de la simbología del fuego, los vecinos se dirijan a sus barrios y comunas para continuar con la fiesta”.

Enfoque en los sectores
En el evento, 15 hombres representaron a los chasquis, hombres que recorrían extensas distancias en calidad de mensajeros del imperio incaico. Ellos prendieron sus antorchas y llevaron el fuego a pie hasta 15 barrios del Distrito, para encender una chamiza en cada uno de ellos y dar inicio a la fiesta.

Mientras tanto, en la misma plaza hubo música y danza a cargo de la agrupación Memorias sonoras de Quito, de Fabiano Kueva, El Candombe de las Tripas, el dúo Mariela Condo y la Banda Municipal.

Al finalizar, el curiquingue y la vaca loca bailaron al son de la Banda Municipal. La noche terminó con la quema del castillo pirotécnico, propio de las fiestas populares. (CM)