Voluntad sin límites

Diana Luzuriaga Vera

Hace 27 años la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, exactamente el 3 de diciembre de 1992, con el objetivo de promover sus derechos y bienestar en todos los ámbitos de la sociedad, así como concienciar sobre su situación en los diferentes aspectos de la vida.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se compromete a «no dejar a nadie atrás» y considera la discapacidad como una cuestión transversal en la implementación de sus objetivos.

Aunque la lucha está instalada en el ámbito mundial, aún persisten modelos que invisibilizan y marginan a estas personas, por lo que es necesario identificar los problemas específicos. En nuestro país la Constitución de la República reconoce a las personas con discapacidad como uno de los grupos de atención prioritaria, de acuerdo al CONADIS a nivel país 415.500 personas tienen algún tipo de discapacidad (física, intelectual, auditiva, visual o psicosocial).

La Ley orgánica de discapacidades establece mecanismos de integración social y estímulos para la inclusión laboral, pero en la práctica menos del 1.5% han sido considerados.

Las personas con discapacidad aún siguen siendo invisibilizadas, excluidas, estigmatizadas y, sin capacidad total de participar en decisiones que les competen.

Lo que nos exige una reflexión sobre un hecho fundamental en el que radican la mayor parte de nuestras problemáticas sociales, esto es la falta de cumplimiento de la Ley. Suena tan simple como efectivizar su ejecución, pero se ha vuelto toda una lucha social hacerlo. Por eso, éste artículo lo dedico a quienes no se rinden, quienes no tienen miedo y enfrentan su discapacidad con fortaleza, buscando hacer cumplir sus derechos y manteniendo su voluntad sin límites ante lo justo.

[email protected]

Diana Luzuriaga Vera

Hace 27 años la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, exactamente el 3 de diciembre de 1992, con el objetivo de promover sus derechos y bienestar en todos los ámbitos de la sociedad, así como concienciar sobre su situación en los diferentes aspectos de la vida.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se compromete a «no dejar a nadie atrás» y considera la discapacidad como una cuestión transversal en la implementación de sus objetivos.

Aunque la lucha está instalada en el ámbito mundial, aún persisten modelos que invisibilizan y marginan a estas personas, por lo que es necesario identificar los problemas específicos. En nuestro país la Constitución de la República reconoce a las personas con discapacidad como uno de los grupos de atención prioritaria, de acuerdo al CONADIS a nivel país 415.500 personas tienen algún tipo de discapacidad (física, intelectual, auditiva, visual o psicosocial).

La Ley orgánica de discapacidades establece mecanismos de integración social y estímulos para la inclusión laboral, pero en la práctica menos del 1.5% han sido considerados.

Las personas con discapacidad aún siguen siendo invisibilizadas, excluidas, estigmatizadas y, sin capacidad total de participar en decisiones que les competen.

Lo que nos exige una reflexión sobre un hecho fundamental en el que radican la mayor parte de nuestras problemáticas sociales, esto es la falta de cumplimiento de la Ley. Suena tan simple como efectivizar su ejecución, pero se ha vuelto toda una lucha social hacerlo. Por eso, éste artículo lo dedico a quienes no se rinden, quienes no tienen miedo y enfrentan su discapacidad con fortaleza, buscando hacer cumplir sus derechos y manteniendo su voluntad sin límites ante lo justo.

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Hace 27 años la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, exactamente el 3 de diciembre de 1992, con el objetivo de promover sus derechos y bienestar en todos los ámbitos de la sociedad, así como concienciar sobre su situación en los diferentes aspectos de la vida.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se compromete a «no dejar a nadie atrás» y considera la discapacidad como una cuestión transversal en la implementación de sus objetivos.

Aunque la lucha está instalada en el ámbito mundial, aún persisten modelos que invisibilizan y marginan a estas personas, por lo que es necesario identificar los problemas específicos. En nuestro país la Constitución de la República reconoce a las personas con discapacidad como uno de los grupos de atención prioritaria, de acuerdo al CONADIS a nivel país 415.500 personas tienen algún tipo de discapacidad (física, intelectual, auditiva, visual o psicosocial).

La Ley orgánica de discapacidades establece mecanismos de integración social y estímulos para la inclusión laboral, pero en la práctica menos del 1.5% han sido considerados.

Las personas con discapacidad aún siguen siendo invisibilizadas, excluidas, estigmatizadas y, sin capacidad total de participar en decisiones que les competen.

Lo que nos exige una reflexión sobre un hecho fundamental en el que radican la mayor parte de nuestras problemáticas sociales, esto es la falta de cumplimiento de la Ley. Suena tan simple como efectivizar su ejecución, pero se ha vuelto toda una lucha social hacerlo. Por eso, éste artículo lo dedico a quienes no se rinden, quienes no tienen miedo y enfrentan su discapacidad con fortaleza, buscando hacer cumplir sus derechos y manteniendo su voluntad sin límites ante lo justo.

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Diana Luzuriaga Vera

Hace 27 años la Asamblea General de las Naciones Unidas declara el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, exactamente el 3 de diciembre de 1992, con el objetivo de promover sus derechos y bienestar en todos los ámbitos de la sociedad, así como concienciar sobre su situación en los diferentes aspectos de la vida.

En la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, se compromete a «no dejar a nadie atrás» y considera la discapacidad como una cuestión transversal en la implementación de sus objetivos.

Aunque la lucha está instalada en el ámbito mundial, aún persisten modelos que invisibilizan y marginan a estas personas, por lo que es necesario identificar los problemas específicos. En nuestro país la Constitución de la República reconoce a las personas con discapacidad como uno de los grupos de atención prioritaria, de acuerdo al CONADIS a nivel país 415.500 personas tienen algún tipo de discapacidad (física, intelectual, auditiva, visual o psicosocial).

La Ley orgánica de discapacidades establece mecanismos de integración social y estímulos para la inclusión laboral, pero en la práctica menos del 1.5% han sido considerados.

Las personas con discapacidad aún siguen siendo invisibilizadas, excluidas, estigmatizadas y, sin capacidad total de participar en decisiones que les competen.

Lo que nos exige una reflexión sobre un hecho fundamental en el que radican la mayor parte de nuestras problemáticas sociales, esto es la falta de cumplimiento de la Ley. Suena tan simple como efectivizar su ejecución, pero se ha vuelto toda una lucha social hacerlo. Por eso, éste artículo lo dedico a quienes no se rinden, quienes no tienen miedo y enfrentan su discapacidad con fortaleza, buscando hacer cumplir sus derechos y manteniendo su voluntad sin límites ante lo justo.

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