América violenta

Santiago Pérez Samaniego

El continente americano alberga apenas al 13% de la población del mundo, sin embargo, aquí se registran el 42% de todas las víctimas de homicidios, según el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd). La ONU señala que los principales motivos de estas estadísticas están relacionados con que en nuestras sociedades prevalecen niveles muy altos de desigualdad, debilidad de los sistemas judiciales, corrupción y fortaleza del crimen organizado, estas y muchas otras situaciones nos convierten en la región “más desigual del mundo, aunque no la más pobre”. La tasa promedio de homicidios en el continente es de 17,2 por cada 100mil habitantes, casi el triple del promedio mundial y casi seis veces más que Europa.

Los países con las tasas de homicidio más altas del mundo se encuentran en América Latina, como El Salvador a la cabeza con 62,1, Venezuela 57, Jamaica 57 y Honduras 41,70 cuando hablamos de más de cuarenta personas por cada 100mil habitantes. Estos datos nos muestran a un Brasil y México con un progresivo incremento de la violencia entre 1991 y 2017. Ecuador mantiene niveles relativamente bajos si comparamos con la media regional con un registro de 5,8 por encima de Chile con un 4,3 en 2017.

La naturalización de la violencia en la región es evidente con el fortalecimiento de grandes y poderosas amenazas a nuestras democracias como son el crimen organizado, el tráfico de personas y drogas. Vivimos en países violentos, altamente corruptos, donde no existe una cultura de la legalidad. Estos fenómenos negativos han influido en la población manifestándose en desconfianza en las instituciones, en la justicia, debilitamiento de las democracias, esto a su vez ha provocado un deterioro económico y social con un incremento de la pobreza, la exclusión y sobre todo en el deterioro de los derechos humanos, la paz y la cohesión social. (O)

Twitter: @santiagojperezs

Santiago Pérez Samaniego

El continente americano alberga apenas al 13% de la población del mundo, sin embargo, aquí se registran el 42% de todas las víctimas de homicidios, según el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd). La ONU señala que los principales motivos de estas estadísticas están relacionados con que en nuestras sociedades prevalecen niveles muy altos de desigualdad, debilidad de los sistemas judiciales, corrupción y fortaleza del crimen organizado, estas y muchas otras situaciones nos convierten en la región “más desigual del mundo, aunque no la más pobre”. La tasa promedio de homicidios en el continente es de 17,2 por cada 100mil habitantes, casi el triple del promedio mundial y casi seis veces más que Europa.

Los países con las tasas de homicidio más altas del mundo se encuentran en América Latina, como El Salvador a la cabeza con 62,1, Venezuela 57, Jamaica 57 y Honduras 41,70 cuando hablamos de más de cuarenta personas por cada 100mil habitantes. Estos datos nos muestran a un Brasil y México con un progresivo incremento de la violencia entre 1991 y 2017. Ecuador mantiene niveles relativamente bajos si comparamos con la media regional con un registro de 5,8 por encima de Chile con un 4,3 en 2017.

La naturalización de la violencia en la región es evidente con el fortalecimiento de grandes y poderosas amenazas a nuestras democracias como son el crimen organizado, el tráfico de personas y drogas. Vivimos en países violentos, altamente corruptos, donde no existe una cultura de la legalidad. Estos fenómenos negativos han influido en la población manifestándose en desconfianza en las instituciones, en la justicia, debilitamiento de las democracias, esto a su vez ha provocado un deterioro económico y social con un incremento de la pobreza, la exclusión y sobre todo en el deterioro de los derechos humanos, la paz y la cohesión social. (O)

Twitter: @santiagojperezs

Santiago Pérez Samaniego

El continente americano alberga apenas al 13% de la población del mundo, sin embargo, aquí se registran el 42% de todas las víctimas de homicidios, según el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd). La ONU señala que los principales motivos de estas estadísticas están relacionados con que en nuestras sociedades prevalecen niveles muy altos de desigualdad, debilidad de los sistemas judiciales, corrupción y fortaleza del crimen organizado, estas y muchas otras situaciones nos convierten en la región “más desigual del mundo, aunque no la más pobre”. La tasa promedio de homicidios en el continente es de 17,2 por cada 100mil habitantes, casi el triple del promedio mundial y casi seis veces más que Europa.

Los países con las tasas de homicidio más altas del mundo se encuentran en América Latina, como El Salvador a la cabeza con 62,1, Venezuela 57, Jamaica 57 y Honduras 41,70 cuando hablamos de más de cuarenta personas por cada 100mil habitantes. Estos datos nos muestran a un Brasil y México con un progresivo incremento de la violencia entre 1991 y 2017. Ecuador mantiene niveles relativamente bajos si comparamos con la media regional con un registro de 5,8 por encima de Chile con un 4,3 en 2017.

La naturalización de la violencia en la región es evidente con el fortalecimiento de grandes y poderosas amenazas a nuestras democracias como son el crimen organizado, el tráfico de personas y drogas. Vivimos en países violentos, altamente corruptos, donde no existe una cultura de la legalidad. Estos fenómenos negativos han influido en la población manifestándose en desconfianza en las instituciones, en la justicia, debilitamiento de las democracias, esto a su vez ha provocado un deterioro económico y social con un incremento de la pobreza, la exclusión y sobre todo en el deterioro de los derechos humanos, la paz y la cohesión social. (O)

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Santiago Pérez Samaniego

El continente americano alberga apenas al 13% de la población del mundo, sin embargo, aquí se registran el 42% de todas las víctimas de homicidios, según el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (Onudd). La ONU señala que los principales motivos de estas estadísticas están relacionados con que en nuestras sociedades prevalecen niveles muy altos de desigualdad, debilidad de los sistemas judiciales, corrupción y fortaleza del crimen organizado, estas y muchas otras situaciones nos convierten en la región “más desigual del mundo, aunque no la más pobre”. La tasa promedio de homicidios en el continente es de 17,2 por cada 100mil habitantes, casi el triple del promedio mundial y casi seis veces más que Europa.

Los países con las tasas de homicidio más altas del mundo se encuentran en América Latina, como El Salvador a la cabeza con 62,1, Venezuela 57, Jamaica 57 y Honduras 41,70 cuando hablamos de más de cuarenta personas por cada 100mil habitantes. Estos datos nos muestran a un Brasil y México con un progresivo incremento de la violencia entre 1991 y 2017. Ecuador mantiene niveles relativamente bajos si comparamos con la media regional con un registro de 5,8 por encima de Chile con un 4,3 en 2017.

La naturalización de la violencia en la región es evidente con el fortalecimiento de grandes y poderosas amenazas a nuestras democracias como son el crimen organizado, el tráfico de personas y drogas. Vivimos en países violentos, altamente corruptos, donde no existe una cultura de la legalidad. Estos fenómenos negativos han influido en la población manifestándose en desconfianza en las instituciones, en la justicia, debilitamiento de las democracias, esto a su vez ha provocado un deterioro económico y social con un incremento de la pobreza, la exclusión y sobre todo en el deterioro de los derechos humanos, la paz y la cohesión social. (O)

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