Osadía y petulancia

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Hay seres que nacen para revestirse de afectación con el ánimo de sobresalir, sin medir atildamientos y señalamientos que menoscaban la imagen y personalidad, el afán es figurar, tratar de ser tomados en cuenta con base de excusas y apariencias fingidas. En cuestión de política sale a flote a menudo lo que tratan de ser y obtener, por ejemplo, en los últimos tiempos es notorio con suma petulancia el descaro y la insolencia que salen a flote y obligan a muchos a huir sin afrontar los señalamientos por incurrir en falsas pretensiones, lograr dominio pleno a la fuerza de lo que no pudo ser.

En estos momentos, ¿será dable que se siga otorgando el distintivo de cura o sacerdote a quien pronto se le cayó la máscara y apareció la afrenta, la deshonra pública convirtiéndose en ignominiosa? El hombre que fue consagrado a servir a Dios se equivocó y se volvió contrario a lo que profesó. El cura Tuárez o el ecuatoriano Tuárez pensó actuar con sumo descaro, pero su habilidad e insolencia salió a flote, por hechos que deshonraron su persona y hábito desde el inicio de la contienda para la que se postuló como miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, ocupando la presidencia de ese organismo, que lo llevó a desplazarse por lugares, arremetiendo y sacando a la luz sus malsanos propósitos de enriquecerse a como dé lugar, razón por lo que ahora se ‘hospeda’ en la cárcel 4 de Quito, junto a otros implicados por supuestamente pertenecer a una banda dedicada a la venta de cargos públicos.

La codicia rompe el saco y el tráfico de influencias fue para embobar a incautos o avispados. A más de la prisión que pueda cumplir, ¿se lo seguirá llamando sacerdote? Está por concretarse la certeza o no de pertenecer a la banda de negociación de cargos públicos, de comprobarse el delito tendrá la pena de 3 a 5 años de la que no lo salvará nada ni nadie.

[email protected]

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Hay seres que nacen para revestirse de afectación con el ánimo de sobresalir, sin medir atildamientos y señalamientos que menoscaban la imagen y personalidad, el afán es figurar, tratar de ser tomados en cuenta con base de excusas y apariencias fingidas. En cuestión de política sale a flote a menudo lo que tratan de ser y obtener, por ejemplo, en los últimos tiempos es notorio con suma petulancia el descaro y la insolencia que salen a flote y obligan a muchos a huir sin afrontar los señalamientos por incurrir en falsas pretensiones, lograr dominio pleno a la fuerza de lo que no pudo ser.

En estos momentos, ¿será dable que se siga otorgando el distintivo de cura o sacerdote a quien pronto se le cayó la máscara y apareció la afrenta, la deshonra pública convirtiéndose en ignominiosa? El hombre que fue consagrado a servir a Dios se equivocó y se volvió contrario a lo que profesó. El cura Tuárez o el ecuatoriano Tuárez pensó actuar con sumo descaro, pero su habilidad e insolencia salió a flote, por hechos que deshonraron su persona y hábito desde el inicio de la contienda para la que se postuló como miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, ocupando la presidencia de ese organismo, que lo llevó a desplazarse por lugares, arremetiendo y sacando a la luz sus malsanos propósitos de enriquecerse a como dé lugar, razón por lo que ahora se ‘hospeda’ en la cárcel 4 de Quito, junto a otros implicados por supuestamente pertenecer a una banda dedicada a la venta de cargos públicos.

La codicia rompe el saco y el tráfico de influencias fue para embobar a incautos o avispados. A más de la prisión que pueda cumplir, ¿se lo seguirá llamando sacerdote? Está por concretarse la certeza o no de pertenecer a la banda de negociación de cargos públicos, de comprobarse el delito tendrá la pena de 3 a 5 años de la que no lo salvará nada ni nadie.

[email protected]

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Hay seres que nacen para revestirse de afectación con el ánimo de sobresalir, sin medir atildamientos y señalamientos que menoscaban la imagen y personalidad, el afán es figurar, tratar de ser tomados en cuenta con base de excusas y apariencias fingidas. En cuestión de política sale a flote a menudo lo que tratan de ser y obtener, por ejemplo, en los últimos tiempos es notorio con suma petulancia el descaro y la insolencia que salen a flote y obligan a muchos a huir sin afrontar los señalamientos por incurrir en falsas pretensiones, lograr dominio pleno a la fuerza de lo que no pudo ser.

En estos momentos, ¿será dable que se siga otorgando el distintivo de cura o sacerdote a quien pronto se le cayó la máscara y apareció la afrenta, la deshonra pública convirtiéndose en ignominiosa? El hombre que fue consagrado a servir a Dios se equivocó y se volvió contrario a lo que profesó. El cura Tuárez o el ecuatoriano Tuárez pensó actuar con sumo descaro, pero su habilidad e insolencia salió a flote, por hechos que deshonraron su persona y hábito desde el inicio de la contienda para la que se postuló como miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, ocupando la presidencia de ese organismo, que lo llevó a desplazarse por lugares, arremetiendo y sacando a la luz sus malsanos propósitos de enriquecerse a como dé lugar, razón por lo que ahora se ‘hospeda’ en la cárcel 4 de Quito, junto a otros implicados por supuestamente pertenecer a una banda dedicada a la venta de cargos públicos.

La codicia rompe el saco y el tráfico de influencias fue para embobar a incautos o avispados. A más de la prisión que pueda cumplir, ¿se lo seguirá llamando sacerdote? Está por concretarse la certeza o no de pertenecer a la banda de negociación de cargos públicos, de comprobarse el delito tendrá la pena de 3 a 5 años de la que no lo salvará nada ni nadie.

[email protected]

MARÍA LUISA GÓMEZ DE LA TORRE GÓMEZ

Hay seres que nacen para revestirse de afectación con el ánimo de sobresalir, sin medir atildamientos y señalamientos que menoscaban la imagen y personalidad, el afán es figurar, tratar de ser tomados en cuenta con base de excusas y apariencias fingidas. En cuestión de política sale a flote a menudo lo que tratan de ser y obtener, por ejemplo, en los últimos tiempos es notorio con suma petulancia el descaro y la insolencia que salen a flote y obligan a muchos a huir sin afrontar los señalamientos por incurrir en falsas pretensiones, lograr dominio pleno a la fuerza de lo que no pudo ser.

En estos momentos, ¿será dable que se siga otorgando el distintivo de cura o sacerdote a quien pronto se le cayó la máscara y apareció la afrenta, la deshonra pública convirtiéndose en ignominiosa? El hombre que fue consagrado a servir a Dios se equivocó y se volvió contrario a lo que profesó. El cura Tuárez o el ecuatoriano Tuárez pensó actuar con sumo descaro, pero su habilidad e insolencia salió a flote, por hechos que deshonraron su persona y hábito desde el inicio de la contienda para la que se postuló como miembro del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, ocupando la presidencia de ese organismo, que lo llevó a desplazarse por lugares, arremetiendo y sacando a la luz sus malsanos propósitos de enriquecerse a como dé lugar, razón por lo que ahora se ‘hospeda’ en la cárcel 4 de Quito, junto a otros implicados por supuestamente pertenecer a una banda dedicada a la venta de cargos públicos.

La codicia rompe el saco y el tráfico de influencias fue para embobar a incautos o avispados. A más de la prisión que pueda cumplir, ¿se lo seguirá llamando sacerdote? Está por concretarse la certeza o no de pertenecer a la banda de negociación de cargos públicos, de comprobarse el delito tendrá la pena de 3 a 5 años de la que no lo salvará nada ni nadie.

[email protected]