Identidades territoriales en Ambato

Rocío Silva

No cabe duda alguna que los territorios son las conformaciones de espacios con geografías compartidas, donde se generan construcciones sociales y se definen prácticas culturales en procesos históricos a largo plazo; que, por supuesto son proclives a conflictos y tensiones, dependiendo de los objetivos que se propongan sus actores sociales. Si los actores sociales deciden una interacción continúa y permanente con otros territorios, se dinamizarán las lógicas económicas de distribución, redistribución e intercambio. El tema de territorialidad e interculturalidad no está en el nombre que se ponga a una forma de administración pública, como es el GAD Municipal Ambato.

El territorio ambateño al que se corresponde la administración del GAD Municipal Ambato, ha sido definido, esencialmente, por todo un cúmulo de sentidos y subjetividades de orden político, social y cultural. Que el territorio aporta los elementos naturales y humanos para la formación de una forma administrativa llamada gobierno autónomo descentralizado es innegable, pero el territorio es una condición de muchas complejidades entrecruzadas, que a más de ser históricas están presentes con total vigencia.

Un territorio forma identidades, que se confirman en procesos que son dinámicos y mutables; materializando en cada momento un determinado orden, una determinada configuración territorial, una topología social. Lo cual determina que un territorio no es tierra del más fuerte, revoltoso o ambicioso, porque es el espacio apropiado por una determinada relación social que lo produce y lo mantiene a partir de una forma de poder; con acuerdos y disensos, convenciones y confrontaciones; que a la larga darán clara respuesta de acciones tomadas en el momento de confrontación, todavía no se han formulado la respuesta desde el Concejo Municipal, porque se privó del servicio de agua potable a todo un conglomerado humano.

Los imaginarios del territorio ambateño construido sobre una geografía adversa con sismos y erupciones, tiempos, memorias, migraciones, inmigraciones, relaciones de poder, procesos productivos, deterioros ambientales, se han acumulado en las memorias individuales y colectivas, hasta desembocar en tradiciones, usos y costumbres, que incluyen a lo nuevo, a lo emergente; el territorio somos todos los que estamos.

Rocío Silva

No cabe duda alguna que los territorios son las conformaciones de espacios con geografías compartidas, donde se generan construcciones sociales y se definen prácticas culturales en procesos históricos a largo plazo; que, por supuesto son proclives a conflictos y tensiones, dependiendo de los objetivos que se propongan sus actores sociales. Si los actores sociales deciden una interacción continúa y permanente con otros territorios, se dinamizarán las lógicas económicas de distribución, redistribución e intercambio. El tema de territorialidad e interculturalidad no está en el nombre que se ponga a una forma de administración pública, como es el GAD Municipal Ambato.

El territorio ambateño al que se corresponde la administración del GAD Municipal Ambato, ha sido definido, esencialmente, por todo un cúmulo de sentidos y subjetividades de orden político, social y cultural. Que el territorio aporta los elementos naturales y humanos para la formación de una forma administrativa llamada gobierno autónomo descentralizado es innegable, pero el territorio es una condición de muchas complejidades entrecruzadas, que a más de ser históricas están presentes con total vigencia.

Un territorio forma identidades, que se confirman en procesos que son dinámicos y mutables; materializando en cada momento un determinado orden, una determinada configuración territorial, una topología social. Lo cual determina que un territorio no es tierra del más fuerte, revoltoso o ambicioso, porque es el espacio apropiado por una determinada relación social que lo produce y lo mantiene a partir de una forma de poder; con acuerdos y disensos, convenciones y confrontaciones; que a la larga darán clara respuesta de acciones tomadas en el momento de confrontación, todavía no se han formulado la respuesta desde el Concejo Municipal, porque se privó del servicio de agua potable a todo un conglomerado humano.

Los imaginarios del territorio ambateño construido sobre una geografía adversa con sismos y erupciones, tiempos, memorias, migraciones, inmigraciones, relaciones de poder, procesos productivos, deterioros ambientales, se han acumulado en las memorias individuales y colectivas, hasta desembocar en tradiciones, usos y costumbres, que incluyen a lo nuevo, a lo emergente; el territorio somos todos los que estamos.

Rocío Silva

No cabe duda alguna que los territorios son las conformaciones de espacios con geografías compartidas, donde se generan construcciones sociales y se definen prácticas culturales en procesos históricos a largo plazo; que, por supuesto son proclives a conflictos y tensiones, dependiendo de los objetivos que se propongan sus actores sociales. Si los actores sociales deciden una interacción continúa y permanente con otros territorios, se dinamizarán las lógicas económicas de distribución, redistribución e intercambio. El tema de territorialidad e interculturalidad no está en el nombre que se ponga a una forma de administración pública, como es el GAD Municipal Ambato.

El territorio ambateño al que se corresponde la administración del GAD Municipal Ambato, ha sido definido, esencialmente, por todo un cúmulo de sentidos y subjetividades de orden político, social y cultural. Que el territorio aporta los elementos naturales y humanos para la formación de una forma administrativa llamada gobierno autónomo descentralizado es innegable, pero el territorio es una condición de muchas complejidades entrecruzadas, que a más de ser históricas están presentes con total vigencia.

Un territorio forma identidades, que se confirman en procesos que son dinámicos y mutables; materializando en cada momento un determinado orden, una determinada configuración territorial, una topología social. Lo cual determina que un territorio no es tierra del más fuerte, revoltoso o ambicioso, porque es el espacio apropiado por una determinada relación social que lo produce y lo mantiene a partir de una forma de poder; con acuerdos y disensos, convenciones y confrontaciones; que a la larga darán clara respuesta de acciones tomadas en el momento de confrontación, todavía no se han formulado la respuesta desde el Concejo Municipal, porque se privó del servicio de agua potable a todo un conglomerado humano.

Los imaginarios del territorio ambateño construido sobre una geografía adversa con sismos y erupciones, tiempos, memorias, migraciones, inmigraciones, relaciones de poder, procesos productivos, deterioros ambientales, se han acumulado en las memorias individuales y colectivas, hasta desembocar en tradiciones, usos y costumbres, que incluyen a lo nuevo, a lo emergente; el territorio somos todos los que estamos.

Rocío Silva

No cabe duda alguna que los territorios son las conformaciones de espacios con geografías compartidas, donde se generan construcciones sociales y se definen prácticas culturales en procesos históricos a largo plazo; que, por supuesto son proclives a conflictos y tensiones, dependiendo de los objetivos que se propongan sus actores sociales. Si los actores sociales deciden una interacción continúa y permanente con otros territorios, se dinamizarán las lógicas económicas de distribución, redistribución e intercambio. El tema de territorialidad e interculturalidad no está en el nombre que se ponga a una forma de administración pública, como es el GAD Municipal Ambato.

El territorio ambateño al que se corresponde la administración del GAD Municipal Ambato, ha sido definido, esencialmente, por todo un cúmulo de sentidos y subjetividades de orden político, social y cultural. Que el territorio aporta los elementos naturales y humanos para la formación de una forma administrativa llamada gobierno autónomo descentralizado es innegable, pero el territorio es una condición de muchas complejidades entrecruzadas, que a más de ser históricas están presentes con total vigencia.

Un territorio forma identidades, que se confirman en procesos que son dinámicos y mutables; materializando en cada momento un determinado orden, una determinada configuración territorial, una topología social. Lo cual determina que un territorio no es tierra del más fuerte, revoltoso o ambicioso, porque es el espacio apropiado por una determinada relación social que lo produce y lo mantiene a partir de una forma de poder; con acuerdos y disensos, convenciones y confrontaciones; que a la larga darán clara respuesta de acciones tomadas en el momento de confrontación, todavía no se han formulado la respuesta desde el Concejo Municipal, porque se privó del servicio de agua potable a todo un conglomerado humano.

Los imaginarios del territorio ambateño construido sobre una geografía adversa con sismos y erupciones, tiempos, memorias, migraciones, inmigraciones, relaciones de poder, procesos productivos, deterioros ambientales, se han acumulado en las memorias individuales y colectivas, hasta desembocar en tradiciones, usos y costumbres, que incluyen a lo nuevo, a lo emergente; el territorio somos todos los que estamos.