Loja requiere de un nuevo desarrollo económico

Hernán Yaguana Romero

La tecnología ha llegado a convertirse en la segunda naturaleza del ser humano, en la cual vive y se desarrolla; creo que a estas alturas de siglo XXI no tendría mayor discusión la aseveración realizada el siglo anterior por el filósofo alemán Walter Benjamín. Lo que entra en cuestión es cómo esa tecnología está siendo asimilada por todos, principalmente por pueblos y ciudades alejadas de los grandes centros de innovación mundial. Uno de esos lugares, sin lugar a dudas, es nuestra provincia de Loja. Oportuno es el momento para conocer cómo la tecnología está ingresando en las vidas de las personas que habitamos este espacio territorial. Si hacemos el análisis desde la producción y el consumo, nadie dudará en señalar al consumo como la acción que ha tomado el mando: las principales calles y avenidas de nuestra urbe son testigos fieles; por todo lado aparecen y desaparecen almacenes de venta de equipos tecnológicos, sin que en ninguno de ellos aparezca algo que diga fabricado en Loja. No cabe la menor duda somos una ciudad consumista, como varias de Ecuador, lo cual está creando una economía inestable, cuyos efectos los viviremos el 2020.

La gran interrogante es ¿de quién depende cambiar esta realidad, la lista de involucrados sería interminable. Sin embargo, muy por encima de todo y todos, ya es momento de salir de esa zona de confort culturalista que a veces nos hace daño; y, comenzar a activar nuevas estrategias de producción de cara a la realidad económica actual. Si ponemos en marcha las competencias propias del lojano, en corto tiempo, tendremos el gusto de tener almacenes donde lo tecnológico –made in Loja- sea, además de lo cultural y artístico, nuestra carta de presentación ante Ecuador y el mundo. (O)

[email protected]

Hernán Yaguana Romero

La tecnología ha llegado a convertirse en la segunda naturaleza del ser humano, en la cual vive y se desarrolla; creo que a estas alturas de siglo XXI no tendría mayor discusión la aseveración realizada el siglo anterior por el filósofo alemán Walter Benjamín. Lo que entra en cuestión es cómo esa tecnología está siendo asimilada por todos, principalmente por pueblos y ciudades alejadas de los grandes centros de innovación mundial. Uno de esos lugares, sin lugar a dudas, es nuestra provincia de Loja. Oportuno es el momento para conocer cómo la tecnología está ingresando en las vidas de las personas que habitamos este espacio territorial. Si hacemos el análisis desde la producción y el consumo, nadie dudará en señalar al consumo como la acción que ha tomado el mando: las principales calles y avenidas de nuestra urbe son testigos fieles; por todo lado aparecen y desaparecen almacenes de venta de equipos tecnológicos, sin que en ninguno de ellos aparezca algo que diga fabricado en Loja. No cabe la menor duda somos una ciudad consumista, como varias de Ecuador, lo cual está creando una economía inestable, cuyos efectos los viviremos el 2020.

La gran interrogante es ¿de quién depende cambiar esta realidad, la lista de involucrados sería interminable. Sin embargo, muy por encima de todo y todos, ya es momento de salir de esa zona de confort culturalista que a veces nos hace daño; y, comenzar a activar nuevas estrategias de producción de cara a la realidad económica actual. Si ponemos en marcha las competencias propias del lojano, en corto tiempo, tendremos el gusto de tener almacenes donde lo tecnológico –made in Loja- sea, además de lo cultural y artístico, nuestra carta de presentación ante Ecuador y el mundo. (O)

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La tecnología ha llegado a convertirse en la segunda naturaleza del ser humano, en la cual vive y se desarrolla; creo que a estas alturas de siglo XXI no tendría mayor discusión la aseveración realizada el siglo anterior por el filósofo alemán Walter Benjamín. Lo que entra en cuestión es cómo esa tecnología está siendo asimilada por todos, principalmente por pueblos y ciudades alejadas de los grandes centros de innovación mundial. Uno de esos lugares, sin lugar a dudas, es nuestra provincia de Loja. Oportuno es el momento para conocer cómo la tecnología está ingresando en las vidas de las personas que habitamos este espacio territorial. Si hacemos el análisis desde la producción y el consumo, nadie dudará en señalar al consumo como la acción que ha tomado el mando: las principales calles y avenidas de nuestra urbe son testigos fieles; por todo lado aparecen y desaparecen almacenes de venta de equipos tecnológicos, sin que en ninguno de ellos aparezca algo que diga fabricado en Loja. No cabe la menor duda somos una ciudad consumista, como varias de Ecuador, lo cual está creando una economía inestable, cuyos efectos los viviremos el 2020.

La gran interrogante es ¿de quién depende cambiar esta realidad, la lista de involucrados sería interminable. Sin embargo, muy por encima de todo y todos, ya es momento de salir de esa zona de confort culturalista que a veces nos hace daño; y, comenzar a activar nuevas estrategias de producción de cara a la realidad económica actual. Si ponemos en marcha las competencias propias del lojano, en corto tiempo, tendremos el gusto de tener almacenes donde lo tecnológico –made in Loja- sea, además de lo cultural y artístico, nuestra carta de presentación ante Ecuador y el mundo. (O)

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Hernán Yaguana Romero

La tecnología ha llegado a convertirse en la segunda naturaleza del ser humano, en la cual vive y se desarrolla; creo que a estas alturas de siglo XXI no tendría mayor discusión la aseveración realizada el siglo anterior por el filósofo alemán Walter Benjamín. Lo que entra en cuestión es cómo esa tecnología está siendo asimilada por todos, principalmente por pueblos y ciudades alejadas de los grandes centros de innovación mundial. Uno de esos lugares, sin lugar a dudas, es nuestra provincia de Loja. Oportuno es el momento para conocer cómo la tecnología está ingresando en las vidas de las personas que habitamos este espacio territorial. Si hacemos el análisis desde la producción y el consumo, nadie dudará en señalar al consumo como la acción que ha tomado el mando: las principales calles y avenidas de nuestra urbe son testigos fieles; por todo lado aparecen y desaparecen almacenes de venta de equipos tecnológicos, sin que en ninguno de ellos aparezca algo que diga fabricado en Loja. No cabe la menor duda somos una ciudad consumista, como varias de Ecuador, lo cual está creando una economía inestable, cuyos efectos los viviremos el 2020.

La gran interrogante es ¿de quién depende cambiar esta realidad, la lista de involucrados sería interminable. Sin embargo, muy por encima de todo y todos, ya es momento de salir de esa zona de confort culturalista que a veces nos hace daño; y, comenzar a activar nuevas estrategias de producción de cara a la realidad económica actual. Si ponemos en marcha las competencias propias del lojano, en corto tiempo, tendremos el gusto de tener almacenes donde lo tecnológico –made in Loja- sea, además de lo cultural y artístico, nuestra carta de presentación ante Ecuador y el mundo. (O)

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