Los extremismos fracasan

En la vida todos quieren ganar, pero lo que más fastidia es ver ganar al rival. En el momento actual se quieren imponer extremismos izquierdistas y extremismos derechistas. El justo medio, forma vieja de sabiduría, se intenta ignorarlo. Hay un término: péndulo, quiere decir que nada se mantiene igual de un espacio a otro. En política generalmente funciona.

Es curioso pero en los Estados Unidos de Norteamérica ha nacido o renacido una forma de socialismo extremo, preconizado por aspirantes a la presidencia de esa nación, el senador Sanders y la senadora Warren. Al respecto el ex presidente demócrata Obama ha afirmado que si esos candidatos extremistas representaren a su partido no “ganarán ni para un chicle” y que triunfará Trump. Lo malo se repetirá por la obcecación socialista en la primera potencia capitalista del mundo. Cuando se ve dinero y prosperidad funciona el bolsillo y no delirantes ideas revolucionarias. El Eclesiastés ya lo dijo: “Todo el afán del hombre es para saciar su boca, mas su alma no quedará saciada.”

En el Ecuador los dirigentes indígenas, ahora llenos de sabiduría, a la chita callando unidos con el correísmo, o sea con la corrupción, el ‘Arroz verde’, o sea sumados al engaño populista, aspiran a gobernarnos, seguramente a las buenas, elecciones mediante, o a las malas, de las cuales ya dieron flagrantes muestras vandálicas, por cierto culpando a sus socios infiltrados. Nuevamente enfrentamos un nuevo extremismo que, desde luego, no les permitirá, cambiando lo cambiable de Obama, ganar ni para una “tripa mishqui”. Seriamente no luchan ni para sus “naciones” ni para el progreso del Ecuador. Tal vez para mejorar sus avionetas.

Tales actitudes, aupadas por sensibleros intelectuales y por organizaciones sociales (que en la realidad cuentan con pocos adeptos), nos dejan con la incertidumbre de lo que sucederá en las elecciones de 2021 y las proyecciones de los futuros gobernantes. Si funciona el péndulo, a partir de los últimos catorce años, tal vez avancemos a un futuro mejor, sin supuestas naciones o regionalismos, es decir con sentido común e inteligencia.

[email protected]

En la vida todos quieren ganar, pero lo que más fastidia es ver ganar al rival. En el momento actual se quieren imponer extremismos izquierdistas y extremismos derechistas. El justo medio, forma vieja de sabiduría, se intenta ignorarlo. Hay un término: péndulo, quiere decir que nada se mantiene igual de un espacio a otro. En política generalmente funciona.

Es curioso pero en los Estados Unidos de Norteamérica ha nacido o renacido una forma de socialismo extremo, preconizado por aspirantes a la presidencia de esa nación, el senador Sanders y la senadora Warren. Al respecto el ex presidente demócrata Obama ha afirmado que si esos candidatos extremistas representaren a su partido no “ganarán ni para un chicle” y que triunfará Trump. Lo malo se repetirá por la obcecación socialista en la primera potencia capitalista del mundo. Cuando se ve dinero y prosperidad funciona el bolsillo y no delirantes ideas revolucionarias. El Eclesiastés ya lo dijo: “Todo el afán del hombre es para saciar su boca, mas su alma no quedará saciada.”

En el Ecuador los dirigentes indígenas, ahora llenos de sabiduría, a la chita callando unidos con el correísmo, o sea con la corrupción, el ‘Arroz verde’, o sea sumados al engaño populista, aspiran a gobernarnos, seguramente a las buenas, elecciones mediante, o a las malas, de las cuales ya dieron flagrantes muestras vandálicas, por cierto culpando a sus socios infiltrados. Nuevamente enfrentamos un nuevo extremismo que, desde luego, no les permitirá, cambiando lo cambiable de Obama, ganar ni para una “tripa mishqui”. Seriamente no luchan ni para sus “naciones” ni para el progreso del Ecuador. Tal vez para mejorar sus avionetas.

Tales actitudes, aupadas por sensibleros intelectuales y por organizaciones sociales (que en la realidad cuentan con pocos adeptos), nos dejan con la incertidumbre de lo que sucederá en las elecciones de 2021 y las proyecciones de los futuros gobernantes. Si funciona el péndulo, a partir de los últimos catorce años, tal vez avancemos a un futuro mejor, sin supuestas naciones o regionalismos, es decir con sentido común e inteligencia.

[email protected]

En la vida todos quieren ganar, pero lo que más fastidia es ver ganar al rival. En el momento actual se quieren imponer extremismos izquierdistas y extremismos derechistas. El justo medio, forma vieja de sabiduría, se intenta ignorarlo. Hay un término: péndulo, quiere decir que nada se mantiene igual de un espacio a otro. En política generalmente funciona.

Es curioso pero en los Estados Unidos de Norteamérica ha nacido o renacido una forma de socialismo extremo, preconizado por aspirantes a la presidencia de esa nación, el senador Sanders y la senadora Warren. Al respecto el ex presidente demócrata Obama ha afirmado que si esos candidatos extremistas representaren a su partido no “ganarán ni para un chicle” y que triunfará Trump. Lo malo se repetirá por la obcecación socialista en la primera potencia capitalista del mundo. Cuando se ve dinero y prosperidad funciona el bolsillo y no delirantes ideas revolucionarias. El Eclesiastés ya lo dijo: “Todo el afán del hombre es para saciar su boca, mas su alma no quedará saciada.”

En el Ecuador los dirigentes indígenas, ahora llenos de sabiduría, a la chita callando unidos con el correísmo, o sea con la corrupción, el ‘Arroz verde’, o sea sumados al engaño populista, aspiran a gobernarnos, seguramente a las buenas, elecciones mediante, o a las malas, de las cuales ya dieron flagrantes muestras vandálicas, por cierto culpando a sus socios infiltrados. Nuevamente enfrentamos un nuevo extremismo que, desde luego, no les permitirá, cambiando lo cambiable de Obama, ganar ni para una “tripa mishqui”. Seriamente no luchan ni para sus “naciones” ni para el progreso del Ecuador. Tal vez para mejorar sus avionetas.

Tales actitudes, aupadas por sensibleros intelectuales y por organizaciones sociales (que en la realidad cuentan con pocos adeptos), nos dejan con la incertidumbre de lo que sucederá en las elecciones de 2021 y las proyecciones de los futuros gobernantes. Si funciona el péndulo, a partir de los últimos catorce años, tal vez avancemos a un futuro mejor, sin supuestas naciones o regionalismos, es decir con sentido común e inteligencia.

[email protected]

En la vida todos quieren ganar, pero lo que más fastidia es ver ganar al rival. En el momento actual se quieren imponer extremismos izquierdistas y extremismos derechistas. El justo medio, forma vieja de sabiduría, se intenta ignorarlo. Hay un término: péndulo, quiere decir que nada se mantiene igual de un espacio a otro. En política generalmente funciona.

Es curioso pero en los Estados Unidos de Norteamérica ha nacido o renacido una forma de socialismo extremo, preconizado por aspirantes a la presidencia de esa nación, el senador Sanders y la senadora Warren. Al respecto el ex presidente demócrata Obama ha afirmado que si esos candidatos extremistas representaren a su partido no “ganarán ni para un chicle” y que triunfará Trump. Lo malo se repetirá por la obcecación socialista en la primera potencia capitalista del mundo. Cuando se ve dinero y prosperidad funciona el bolsillo y no delirantes ideas revolucionarias. El Eclesiastés ya lo dijo: “Todo el afán del hombre es para saciar su boca, mas su alma no quedará saciada.”

En el Ecuador los dirigentes indígenas, ahora llenos de sabiduría, a la chita callando unidos con el correísmo, o sea con la corrupción, el ‘Arroz verde’, o sea sumados al engaño populista, aspiran a gobernarnos, seguramente a las buenas, elecciones mediante, o a las malas, de las cuales ya dieron flagrantes muestras vandálicas, por cierto culpando a sus socios infiltrados. Nuevamente enfrentamos un nuevo extremismo que, desde luego, no les permitirá, cambiando lo cambiable de Obama, ganar ni para una “tripa mishqui”. Seriamente no luchan ni para sus “naciones” ni para el progreso del Ecuador. Tal vez para mejorar sus avionetas.

Tales actitudes, aupadas por sensibleros intelectuales y por organizaciones sociales (que en la realidad cuentan con pocos adeptos), nos dejan con la incertidumbre de lo que sucederá en las elecciones de 2021 y las proyecciones de los futuros gobernantes. Si funciona el péndulo, a partir de los últimos catorce años, tal vez avancemos a un futuro mejor, sin supuestas naciones o regionalismos, es decir con sentido común e inteligencia.

[email protected]