Por la plata bailan todos

“AVISO. Se vende un negro, de edad como de veinticinco años, sin vicios, mui robusto y alto de cuerpo; es natural de la provincia de Imbabura y mui aparente para el servicio de trapiche. En esta imprenta se dará razón. IMPRENTA DEL GOBIERNO”.

El anuncio se publicó en la Gaceta del Ecuador, el 6 de octubre de 1844, y es parte de la muestra ‘Por la plata… transiciones y sentidos sociales del dinero 1770-1927’, que se inauguró el pasado jueves en el Museo Numismático del Ecuador.

El dinero es medular en las sociedades industriales, más allá de que los medios para obtenerlo sean legales o legítimos. Más allá de la ética. Así comerciaban las clases dominantes de América con personas nacidas en África o con sus descendientes. Los jesuitas asentados en el valle del Chota registraron hasta 1.769 esclavos, incluidos niños y niñas. El mercado de esclavos transatlántico duró, según la historia oficial, unos 350 años. Desde entonces, la esclavitud es ilegal. Pero, ¿desapareció?

Las condiciones de trabajo en las zonas rurales han sido históricamente encubiertas. Es sabido que la trata de personas y la nueva esclavitud en Ecuador ocurren, aún en el siglo XXI, pero esas historias nos alarman por un tiempo y luego se desvanecen en la nebulosa anécdota. Los gobernantes de hoy balbucean sobre respeto a los derechos laborales pero miran hacia otro lado cuando se trata de hurgar en las oscuras prácticas en las haciendas bananeras, palmicultoras o abacaleras.

Un anuncio hoy no se publicaría en una gaceta oficial. El esclavista de hoy negociaría su impunidad con las autoridades a cambio de dinero y los gobiernos dirían cosas que suenen bien aunque sean mentira. Por la plata bailan todos. Mientras, el esclavo de hoy imprimiría su huella digital en contratos que no puede leer porque es analfabeto.

La muestra del Museo Numismático invita a desbrozar el pasado y a preguntarnos sobre el dinero en nuestra historia. Pero también nos cuestiona: ¿Fue abolida la esclavitud en Ecuador, o solo lavamos nuestra conciencia con decretos y discursitos cómplices?

[email protected]

“AVISO. Se vende un negro, de edad como de veinticinco años, sin vicios, mui robusto y alto de cuerpo; es natural de la provincia de Imbabura y mui aparente para el servicio de trapiche. En esta imprenta se dará razón. IMPRENTA DEL GOBIERNO”.

El anuncio se publicó en la Gaceta del Ecuador, el 6 de octubre de 1844, y es parte de la muestra ‘Por la plata… transiciones y sentidos sociales del dinero 1770-1927’, que se inauguró el pasado jueves en el Museo Numismático del Ecuador.

El dinero es medular en las sociedades industriales, más allá de que los medios para obtenerlo sean legales o legítimos. Más allá de la ética. Así comerciaban las clases dominantes de América con personas nacidas en África o con sus descendientes. Los jesuitas asentados en el valle del Chota registraron hasta 1.769 esclavos, incluidos niños y niñas. El mercado de esclavos transatlántico duró, según la historia oficial, unos 350 años. Desde entonces, la esclavitud es ilegal. Pero, ¿desapareció?

Las condiciones de trabajo en las zonas rurales han sido históricamente encubiertas. Es sabido que la trata de personas y la nueva esclavitud en Ecuador ocurren, aún en el siglo XXI, pero esas historias nos alarman por un tiempo y luego se desvanecen en la nebulosa anécdota. Los gobernantes de hoy balbucean sobre respeto a los derechos laborales pero miran hacia otro lado cuando se trata de hurgar en las oscuras prácticas en las haciendas bananeras, palmicultoras o abacaleras.

Un anuncio hoy no se publicaría en una gaceta oficial. El esclavista de hoy negociaría su impunidad con las autoridades a cambio de dinero y los gobiernos dirían cosas que suenen bien aunque sean mentira. Por la plata bailan todos. Mientras, el esclavo de hoy imprimiría su huella digital en contratos que no puede leer porque es analfabeto.

La muestra del Museo Numismático invita a desbrozar el pasado y a preguntarnos sobre el dinero en nuestra historia. Pero también nos cuestiona: ¿Fue abolida la esclavitud en Ecuador, o solo lavamos nuestra conciencia con decretos y discursitos cómplices?

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“AVISO. Se vende un negro, de edad como de veinticinco años, sin vicios, mui robusto y alto de cuerpo; es natural de la provincia de Imbabura y mui aparente para el servicio de trapiche. En esta imprenta se dará razón. IMPRENTA DEL GOBIERNO”.

El anuncio se publicó en la Gaceta del Ecuador, el 6 de octubre de 1844, y es parte de la muestra ‘Por la plata… transiciones y sentidos sociales del dinero 1770-1927’, que se inauguró el pasado jueves en el Museo Numismático del Ecuador.

El dinero es medular en las sociedades industriales, más allá de que los medios para obtenerlo sean legales o legítimos. Más allá de la ética. Así comerciaban las clases dominantes de América con personas nacidas en África o con sus descendientes. Los jesuitas asentados en el valle del Chota registraron hasta 1.769 esclavos, incluidos niños y niñas. El mercado de esclavos transatlántico duró, según la historia oficial, unos 350 años. Desde entonces, la esclavitud es ilegal. Pero, ¿desapareció?

Las condiciones de trabajo en las zonas rurales han sido históricamente encubiertas. Es sabido que la trata de personas y la nueva esclavitud en Ecuador ocurren, aún en el siglo XXI, pero esas historias nos alarman por un tiempo y luego se desvanecen en la nebulosa anécdota. Los gobernantes de hoy balbucean sobre respeto a los derechos laborales pero miran hacia otro lado cuando se trata de hurgar en las oscuras prácticas en las haciendas bananeras, palmicultoras o abacaleras.

Un anuncio hoy no se publicaría en una gaceta oficial. El esclavista de hoy negociaría su impunidad con las autoridades a cambio de dinero y los gobiernos dirían cosas que suenen bien aunque sean mentira. Por la plata bailan todos. Mientras, el esclavo de hoy imprimiría su huella digital en contratos que no puede leer porque es analfabeto.

La muestra del Museo Numismático invita a desbrozar el pasado y a preguntarnos sobre el dinero en nuestra historia. Pero también nos cuestiona: ¿Fue abolida la esclavitud en Ecuador, o solo lavamos nuestra conciencia con decretos y discursitos cómplices?

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“AVISO. Se vende un negro, de edad como de veinticinco años, sin vicios, mui robusto y alto de cuerpo; es natural de la provincia de Imbabura y mui aparente para el servicio de trapiche. En esta imprenta se dará razón. IMPRENTA DEL GOBIERNO”.

El anuncio se publicó en la Gaceta del Ecuador, el 6 de octubre de 1844, y es parte de la muestra ‘Por la plata… transiciones y sentidos sociales del dinero 1770-1927’, que se inauguró el pasado jueves en el Museo Numismático del Ecuador.

El dinero es medular en las sociedades industriales, más allá de que los medios para obtenerlo sean legales o legítimos. Más allá de la ética. Así comerciaban las clases dominantes de América con personas nacidas en África o con sus descendientes. Los jesuitas asentados en el valle del Chota registraron hasta 1.769 esclavos, incluidos niños y niñas. El mercado de esclavos transatlántico duró, según la historia oficial, unos 350 años. Desde entonces, la esclavitud es ilegal. Pero, ¿desapareció?

Las condiciones de trabajo en las zonas rurales han sido históricamente encubiertas. Es sabido que la trata de personas y la nueva esclavitud en Ecuador ocurren, aún en el siglo XXI, pero esas historias nos alarman por un tiempo y luego se desvanecen en la nebulosa anécdota. Los gobernantes de hoy balbucean sobre respeto a los derechos laborales pero miran hacia otro lado cuando se trata de hurgar en las oscuras prácticas en las haciendas bananeras, palmicultoras o abacaleras.

Un anuncio hoy no se publicaría en una gaceta oficial. El esclavista de hoy negociaría su impunidad con las autoridades a cambio de dinero y los gobiernos dirían cosas que suenen bien aunque sean mentira. Por la plata bailan todos. Mientras, el esclavo de hoy imprimiría su huella digital en contratos que no puede leer porque es analfabeto.

La muestra del Museo Numismático invita a desbrozar el pasado y a preguntarnos sobre el dinero en nuestra historia. Pero también nos cuestiona: ¿Fue abolida la esclavitud en Ecuador, o solo lavamos nuestra conciencia con decretos y discursitos cómplices?

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