‘De la Tierra el hombre’, el vínculo imprescindible

Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.
Paisaje. El artista ha recorrido varios lugares y los ha plasmado.

Cielos naranja. El pico que estalla contra el hielo. La fiesta, la danza, la furia y la calma de la montaña. La vida que colorea el frío inhóspito del páramo. Los escenarios que el fotógrafo Jorge Vinueza reúne en la exposición ‘De la Tierra el hombre’, estremecen y conmueven al mostrar la belleza del mundo, de la cual el humano no es dueño ni amo, sino parte.

En solo 10 fotografías, el fotoperiodista resume 25 años de recorrido por lugares remotos, fiestas tradicionales y escenas cotidianas de Ecuador. La exposición estará abierta hasta el 7 de diciembre en la Aeon Art Galery de Bandidos del Páramo (Lizardo García y Diego de Almagro).

Cielos naranja. El pico que estalla contra el hielo. La fiesta, la danza, la furia y la calma de la montaña. La vida que colorea el frío inhóspito del páramo. Los escenarios que el fotógrafo Jorge Vinueza reúne en la exposición ‘De la Tierra el hombre’, estremecen y conmueven al mostrar la belleza del mundo, de la cual el humano no es dueño ni amo, sino parte.

En solo 10 fotografías, el fotoperiodista resume 25 años de recorrido por lugares remotos, fiestas tradicionales y escenas cotidianas de Ecuador. La exposición estará abierta hasta el 7 de diciembre en la Aeon Art Galery de Bandidos del Páramo (Lizardo García y Diego de Almagro).

Cielos naranja. El pico que estalla contra el hielo. La fiesta, la danza, la furia y la calma de la montaña. La vida que colorea el frío inhóspito del páramo. Los escenarios que el fotógrafo Jorge Vinueza reúne en la exposición ‘De la Tierra el hombre’, estremecen y conmueven al mostrar la belleza del mundo, de la cual el humano no es dueño ni amo, sino parte.

En solo 10 fotografías, el fotoperiodista resume 25 años de recorrido por lugares remotos, fiestas tradicionales y escenas cotidianas de Ecuador. La exposición estará abierta hasta el 7 de diciembre en la Aeon Art Galery de Bandidos del Páramo (Lizardo García y Diego de Almagro).

Cielos naranja. El pico que estalla contra el hielo. La fiesta, la danza, la furia y la calma de la montaña. La vida que colorea el frío inhóspito del páramo. Los escenarios que el fotógrafo Jorge Vinueza reúne en la exposición ‘De la Tierra el hombre’, estremecen y conmueven al mostrar la belleza del mundo, de la cual el humano no es dueño ni amo, sino parte.

En solo 10 fotografías, el fotoperiodista resume 25 años de recorrido por lugares remotos, fiestas tradicionales y escenas cotidianas de Ecuador. La exposición estará abierta hasta el 7 de diciembre en la Aeon Art Galery de Bandidos del Páramo (Lizardo García y Diego de Almagro).

Reencuentro con la tierra
El sonido de las campanas que conforman la vestimenta del Cayambi, personaje mítico de la sierra norte que protege al volcán, es el recordatorio de esa relación pura y sabia que mantienen las poblaciones rurales con la naturaleza.

EL DATO
El 7 de diciembre se realizará un conversatorio con Vinueza y una subasta de las obras. “Sales un poco de la ciudad y ya te encuentras con gente que cultiva, que te abre las puertas para enseñarte cómo es la flor de la papa, de la quinua”, comenta Vinueza. Con la muestra no busca exhibir los paisajes o las costumbres indígenas, sino generar una reflexión alrededor de la pregunta: ”¿En qué momento nos atribuimos la pertenencia de la tierra, de los animales, de las montañas, cuando en realidad somos uno más de ellos?”.

Asimismo, el autor pretende abrir el diálogo con respecto a la situación actual del país, al ser un momento “convulsionado a nivel de pensamiento. No está muy claro el conocer la realidad del otro para, al menos, comprender su protesta, sus luchas”.

A lo largo de los años, la fotografía lo ha llevado a “entender la explosión de colores y rostros, no con el ojo folklórico, sino con el ojo de hermano; a fin de cuentas, somos iguales”.

Vinueza pone en contraste la violencia del volcán en erupción con el júbilo de la pirotecnia; los tonos cotidianos del mercado y la cosecha con la algarabía del festejo popular. Entre las imágenes que capturó con su cámara quedan momentos inmortales de las fiestas de El Retorno en La Esperanza, el Corpus Cristi en Cuenca o el Teatro Litúrgico del Viernes Santo en Alangasí.

“La idea de la exhibición es ser una ventanita para que las personas no solo sepan que esto existe, y lo tengan colgado en la casa, sino para que esa imagen te lleve a preguntarte cómo es esa realidad y, eventualmente, te mueva a ir a verla con tus propios ojos”. (AA)

FRASE

La fotografía ayuda a delatar épocas, vestuarios, costumbres que se mantienen o se pierden”. Jorge Vinueza, fotógrafo.

Reencuentro con la tierra
El sonido de las campanas que conforman la vestimenta del Cayambi, personaje mítico de la sierra norte que protege al volcán, es el recordatorio de esa relación pura y sabia que mantienen las poblaciones rurales con la naturaleza.

EL DATO
El 7 de diciembre se realizará un conversatorio con Vinueza y una subasta de las obras. “Sales un poco de la ciudad y ya te encuentras con gente que cultiva, que te abre las puertas para enseñarte cómo es la flor de la papa, de la quinua”, comenta Vinueza. Con la muestra no busca exhibir los paisajes o las costumbres indígenas, sino generar una reflexión alrededor de la pregunta: ”¿En qué momento nos atribuimos la pertenencia de la tierra, de los animales, de las montañas, cuando en realidad somos uno más de ellos?”.

Asimismo, el autor pretende abrir el diálogo con respecto a la situación actual del país, al ser un momento “convulsionado a nivel de pensamiento. No está muy claro el conocer la realidad del otro para, al menos, comprender su protesta, sus luchas”.

A lo largo de los años, la fotografía lo ha llevado a “entender la explosión de colores y rostros, no con el ojo folklórico, sino con el ojo de hermano; a fin de cuentas, somos iguales”.

Vinueza pone en contraste la violencia del volcán en erupción con el júbilo de la pirotecnia; los tonos cotidianos del mercado y la cosecha con la algarabía del festejo popular. Entre las imágenes que capturó con su cámara quedan momentos inmortales de las fiestas de El Retorno en La Esperanza, el Corpus Cristi en Cuenca o el Teatro Litúrgico del Viernes Santo en Alangasí.

“La idea de la exhibición es ser una ventanita para que las personas no solo sepan que esto existe, y lo tengan colgado en la casa, sino para que esa imagen te lleve a preguntarte cómo es esa realidad y, eventualmente, te mueva a ir a verla con tus propios ojos”. (AA)

FRASE

La fotografía ayuda a delatar épocas, vestuarios, costumbres que se mantienen o se pierden”. Jorge Vinueza, fotógrafo.

Reencuentro con la tierra
El sonido de las campanas que conforman la vestimenta del Cayambi, personaje mítico de la sierra norte que protege al volcán, es el recordatorio de esa relación pura y sabia que mantienen las poblaciones rurales con la naturaleza.

EL DATO
El 7 de diciembre se realizará un conversatorio con Vinueza y una subasta de las obras. “Sales un poco de la ciudad y ya te encuentras con gente que cultiva, que te abre las puertas para enseñarte cómo es la flor de la papa, de la quinua”, comenta Vinueza. Con la muestra no busca exhibir los paisajes o las costumbres indígenas, sino generar una reflexión alrededor de la pregunta: ”¿En qué momento nos atribuimos la pertenencia de la tierra, de los animales, de las montañas, cuando en realidad somos uno más de ellos?”.

Asimismo, el autor pretende abrir el diálogo con respecto a la situación actual del país, al ser un momento “convulsionado a nivel de pensamiento. No está muy claro el conocer la realidad del otro para, al menos, comprender su protesta, sus luchas”.

A lo largo de los años, la fotografía lo ha llevado a “entender la explosión de colores y rostros, no con el ojo folklórico, sino con el ojo de hermano; a fin de cuentas, somos iguales”.

Vinueza pone en contraste la violencia del volcán en erupción con el júbilo de la pirotecnia; los tonos cotidianos del mercado y la cosecha con la algarabía del festejo popular. Entre las imágenes que capturó con su cámara quedan momentos inmortales de las fiestas de El Retorno en La Esperanza, el Corpus Cristi en Cuenca o el Teatro Litúrgico del Viernes Santo en Alangasí.

“La idea de la exhibición es ser una ventanita para que las personas no solo sepan que esto existe, y lo tengan colgado en la casa, sino para que esa imagen te lleve a preguntarte cómo es esa realidad y, eventualmente, te mueva a ir a verla con tus propios ojos”. (AA)

FRASE

La fotografía ayuda a delatar épocas, vestuarios, costumbres que se mantienen o se pierden”. Jorge Vinueza, fotógrafo.

Reencuentro con la tierra
El sonido de las campanas que conforman la vestimenta del Cayambi, personaje mítico de la sierra norte que protege al volcán, es el recordatorio de esa relación pura y sabia que mantienen las poblaciones rurales con la naturaleza.

EL DATO
El 7 de diciembre se realizará un conversatorio con Vinueza y una subasta de las obras. “Sales un poco de la ciudad y ya te encuentras con gente que cultiva, que te abre las puertas para enseñarte cómo es la flor de la papa, de la quinua”, comenta Vinueza. Con la muestra no busca exhibir los paisajes o las costumbres indígenas, sino generar una reflexión alrededor de la pregunta: ”¿En qué momento nos atribuimos la pertenencia de la tierra, de los animales, de las montañas, cuando en realidad somos uno más de ellos?”.

Asimismo, el autor pretende abrir el diálogo con respecto a la situación actual del país, al ser un momento “convulsionado a nivel de pensamiento. No está muy claro el conocer la realidad del otro para, al menos, comprender su protesta, sus luchas”.

A lo largo de los años, la fotografía lo ha llevado a “entender la explosión de colores y rostros, no con el ojo folklórico, sino con el ojo de hermano; a fin de cuentas, somos iguales”.

Vinueza pone en contraste la violencia del volcán en erupción con el júbilo de la pirotecnia; los tonos cotidianos del mercado y la cosecha con la algarabía del festejo popular. Entre las imágenes que capturó con su cámara quedan momentos inmortales de las fiestas de El Retorno en La Esperanza, el Corpus Cristi en Cuenca o el Teatro Litúrgico del Viernes Santo en Alangasí.

“La idea de la exhibición es ser una ventanita para que las personas no solo sepan que esto existe, y lo tengan colgado en la casa, sino para que esa imagen te lleve a preguntarte cómo es esa realidad y, eventualmente, te mueva a ir a verla con tus propios ojos”. (AA)

FRASE

La fotografía ayuda a delatar épocas, vestuarios, costumbres que se mantienen o se pierden”. Jorge Vinueza, fotógrafo.