Atacar para vivir

ORLANDO AMORES TERÁN

El triunfo del pueblo libre de Bolivia; la organización cívica de chilenos, contra el vandalismo satánico, narco-comunista; el limitado triunfo en Argentina, de la franquicia Irán-Cuba; la perniciosa

amenaza a Brasil, Colombia y Ecuador, obliga a Guaidó y a los presidentes demócratas de la región, a pedir intervención en Venezuela, por una fuerza militar multinacional.

Si Trump no toma la iniciativa, la franquicia Irán-Cuba instalará bases nucleares en el Orinoco, lo mismo que le hicieron hacen 60 años a Kennedy, por timorato, al declarar que no intervendría Cuba, pese a que el gobierno de Eisenhower, planificó derrocar a castro, a través de un desembarco de cubanos que contaba con el apoyo interno de revolucionarios que no estaban de acuerdo con el comunismo, quienes se encontraban en las montañas del Escambray, centro oeste de la isla; con la misión de distraer a la milicia comunista en combate, mientras la Brigada 2506 atacaría en Trinidad, centro de la Isla. Unificadas las fuerzas en una cabeza de puente, pedirían ayuda a la comunidad internacional, posibilitando que EEUU invada Cuba desde La Florida, a 145 km., de la Habana.

Además, tenían células revolucionarias en las ciudades, listas a liderar un levantamiento popular durante la invasión. En 1960 Kennedy se negó a enviar la Armada y dejó que 1.334 cubanos libren una batalla, sin apoyo aéreo militar desde el extremo oriental de la isla, lo cual permitió que castro los destruya, consolide su poder y quede al descubierto la debilidad de Kennedy. Esto sirvió para que la URSS montara una base de misiles en Cuba. Hay que revisar la historia, para no cometer los mismos errores. Al narco-comunismo no se lo elimina con declaraciones democráticas, sino con la fuerza. No entienden otro lenguaje, utilizan instituciones democráticas, para consolidarse. Las políticas de apaciguamiento son aprovechadas por ellos, para reorganizarse y volver a atacar con más intensidad. Basta mirar que la actitud tolerante hasta la timidez, de Piñera, provocó una respuesta de los vándalos narco-comunistas, con más saña.

[email protected]

ORLANDO AMORES TERÁN

El triunfo del pueblo libre de Bolivia; la organización cívica de chilenos, contra el vandalismo satánico, narco-comunista; el limitado triunfo en Argentina, de la franquicia Irán-Cuba; la perniciosa

amenaza a Brasil, Colombia y Ecuador, obliga a Guaidó y a los presidentes demócratas de la región, a pedir intervención en Venezuela, por una fuerza militar multinacional.

Si Trump no toma la iniciativa, la franquicia Irán-Cuba instalará bases nucleares en el Orinoco, lo mismo que le hicieron hacen 60 años a Kennedy, por timorato, al declarar que no intervendría Cuba, pese a que el gobierno de Eisenhower, planificó derrocar a castro, a través de un desembarco de cubanos que contaba con el apoyo interno de revolucionarios que no estaban de acuerdo con el comunismo, quienes se encontraban en las montañas del Escambray, centro oeste de la isla; con la misión de distraer a la milicia comunista en combate, mientras la Brigada 2506 atacaría en Trinidad, centro de la Isla. Unificadas las fuerzas en una cabeza de puente, pedirían ayuda a la comunidad internacional, posibilitando que EEUU invada Cuba desde La Florida, a 145 km., de la Habana.

Además, tenían células revolucionarias en las ciudades, listas a liderar un levantamiento popular durante la invasión. En 1960 Kennedy se negó a enviar la Armada y dejó que 1.334 cubanos libren una batalla, sin apoyo aéreo militar desde el extremo oriental de la isla, lo cual permitió que castro los destruya, consolide su poder y quede al descubierto la debilidad de Kennedy. Esto sirvió para que la URSS montara una base de misiles en Cuba. Hay que revisar la historia, para no cometer los mismos errores. Al narco-comunismo no se lo elimina con declaraciones democráticas, sino con la fuerza. No entienden otro lenguaje, utilizan instituciones democráticas, para consolidarse. Las políticas de apaciguamiento son aprovechadas por ellos, para reorganizarse y volver a atacar con más intensidad. Basta mirar que la actitud tolerante hasta la timidez, de Piñera, provocó una respuesta de los vándalos narco-comunistas, con más saña.

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El triunfo del pueblo libre de Bolivia; la organización cívica de chilenos, contra el vandalismo satánico, narco-comunista; el limitado triunfo en Argentina, de la franquicia Irán-Cuba; la perniciosa

amenaza a Brasil, Colombia y Ecuador, obliga a Guaidó y a los presidentes demócratas de la región, a pedir intervención en Venezuela, por una fuerza militar multinacional.

Si Trump no toma la iniciativa, la franquicia Irán-Cuba instalará bases nucleares en el Orinoco, lo mismo que le hicieron hacen 60 años a Kennedy, por timorato, al declarar que no intervendría Cuba, pese a que el gobierno de Eisenhower, planificó derrocar a castro, a través de un desembarco de cubanos que contaba con el apoyo interno de revolucionarios que no estaban de acuerdo con el comunismo, quienes se encontraban en las montañas del Escambray, centro oeste de la isla; con la misión de distraer a la milicia comunista en combate, mientras la Brigada 2506 atacaría en Trinidad, centro de la Isla. Unificadas las fuerzas en una cabeza de puente, pedirían ayuda a la comunidad internacional, posibilitando que EEUU invada Cuba desde La Florida, a 145 km., de la Habana.

Además, tenían células revolucionarias en las ciudades, listas a liderar un levantamiento popular durante la invasión. En 1960 Kennedy se negó a enviar la Armada y dejó que 1.334 cubanos libren una batalla, sin apoyo aéreo militar desde el extremo oriental de la isla, lo cual permitió que castro los destruya, consolide su poder y quede al descubierto la debilidad de Kennedy. Esto sirvió para que la URSS montara una base de misiles en Cuba. Hay que revisar la historia, para no cometer los mismos errores. Al narco-comunismo no se lo elimina con declaraciones democráticas, sino con la fuerza. No entienden otro lenguaje, utilizan instituciones democráticas, para consolidarse. Las políticas de apaciguamiento son aprovechadas por ellos, para reorganizarse y volver a atacar con más intensidad. Basta mirar que la actitud tolerante hasta la timidez, de Piñera, provocó una respuesta de los vándalos narco-comunistas, con más saña.

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El triunfo del pueblo libre de Bolivia; la organización cívica de chilenos, contra el vandalismo satánico, narco-comunista; el limitado triunfo en Argentina, de la franquicia Irán-Cuba; la perniciosa

amenaza a Brasil, Colombia y Ecuador, obliga a Guaidó y a los presidentes demócratas de la región, a pedir intervención en Venezuela, por una fuerza militar multinacional.

Si Trump no toma la iniciativa, la franquicia Irán-Cuba instalará bases nucleares en el Orinoco, lo mismo que le hicieron hacen 60 años a Kennedy, por timorato, al declarar que no intervendría Cuba, pese a que el gobierno de Eisenhower, planificó derrocar a castro, a través de un desembarco de cubanos que contaba con el apoyo interno de revolucionarios que no estaban de acuerdo con el comunismo, quienes se encontraban en las montañas del Escambray, centro oeste de la isla; con la misión de distraer a la milicia comunista en combate, mientras la Brigada 2506 atacaría en Trinidad, centro de la Isla. Unificadas las fuerzas en una cabeza de puente, pedirían ayuda a la comunidad internacional, posibilitando que EEUU invada Cuba desde La Florida, a 145 km., de la Habana.

Además, tenían células revolucionarias en las ciudades, listas a liderar un levantamiento popular durante la invasión. En 1960 Kennedy se negó a enviar la Armada y dejó que 1.334 cubanos libren una batalla, sin apoyo aéreo militar desde el extremo oriental de la isla, lo cual permitió que castro los destruya, consolide su poder y quede al descubierto la debilidad de Kennedy. Esto sirvió para que la URSS montara una base de misiles en Cuba. Hay que revisar la historia, para no cometer los mismos errores. Al narco-comunismo no se lo elimina con declaraciones democráticas, sino con la fuerza. No entienden otro lenguaje, utilizan instituciones democráticas, para consolidarse. Las políticas de apaciguamiento son aprovechadas por ellos, para reorganizarse y volver a atacar con más intensidad. Basta mirar que la actitud tolerante hasta la timidez, de Piñera, provocó una respuesta de los vándalos narco-comunistas, con más saña.

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