Pablo Izquierdo Pinos
Paúl Granda, presidente del IESS, pidió la renuncia de los cargos del nivel jerárquico superior de las 101 unidades médicas del país, equivalente a 713 puestos directivos. Consecuencia de actos de corrupción en dos hospitales de Guayaquil que involucran a las mal llamadas “máximas autoridades”: gerentes y directores administrativos expertos en “túneles” y “convenios de pago”.
Es positivo el anuncio de un nuevo Reglamento de selección de cargos directivos hospitalarios a través de méritos, experiencia e idoneidad. Reemplaza a la nefasta Resolución 377 de Ramiro González y María Sol Larrea, que permitió que abogados, ingenieros eléctricos, acuicultores, militares retirados y jóvenes tecnócratas gerencien hospitales. Devenidos en dictadores, asumen saber de atención médica más que el personal preparado.
Sin un modelo de gestión y administración, jugaron con la vida de los afiliados. Abarrotaron bodegas clandestinas con medicinas e insumos caducados y compraron equipos con sobreprecio. Consolidando un divorcio entre el personal administrativo (“mi gente”) de la “máxima autoridad”, frente a los profesionales sanitarios bajo la órbita de una “mínima” dirección médica. Perjudicados: los pacientes.
Auguramos que un nuevo modelo con incidencia de la atención primaria de salud con proyectos como “Prosalud” con médicos de cabecera, pruebas rápidas de laboratorio, adscripción territorial y corredores sanitarios, serán posibles si se rediseñan la organización y el gobierno del hospital, en donde el mayor protagonista no sea “El Gerente”, sino el ser humano: el paciente.
El impulso político y, más importante, el impulso social para hacer de los hospitales centros de talento y transparencia será primordial para este crucial cambio de tendencia propuesto en el Seguro Social.
Pablo Izquierdo Pinos
Paúl Granda, presidente del IESS, pidió la renuncia de los cargos del nivel jerárquico superior de las 101 unidades médicas del país, equivalente a 713 puestos directivos. Consecuencia de actos de corrupción en dos hospitales de Guayaquil que involucran a las mal llamadas “máximas autoridades”: gerentes y directores administrativos expertos en “túneles” y “convenios de pago”.
Es positivo el anuncio de un nuevo Reglamento de selección de cargos directivos hospitalarios a través de méritos, experiencia e idoneidad. Reemplaza a la nefasta Resolución 377 de Ramiro González y María Sol Larrea, que permitió que abogados, ingenieros eléctricos, acuicultores, militares retirados y jóvenes tecnócratas gerencien hospitales. Devenidos en dictadores, asumen saber de atención médica más que el personal preparado.
Sin un modelo de gestión y administración, jugaron con la vida de los afiliados. Abarrotaron bodegas clandestinas con medicinas e insumos caducados y compraron equipos con sobreprecio. Consolidando un divorcio entre el personal administrativo (“mi gente”) de la “máxima autoridad”, frente a los profesionales sanitarios bajo la órbita de una “mínima” dirección médica. Perjudicados: los pacientes.
Auguramos que un nuevo modelo con incidencia de la atención primaria de salud con proyectos como “Prosalud” con médicos de cabecera, pruebas rápidas de laboratorio, adscripción territorial y corredores sanitarios, serán posibles si se rediseñan la organización y el gobierno del hospital, en donde el mayor protagonista no sea “El Gerente”, sino el ser humano: el paciente.
El impulso político y, más importante, el impulso social para hacer de los hospitales centros de talento y transparencia será primordial para este crucial cambio de tendencia propuesto en el Seguro Social.
Pablo Izquierdo Pinos
Paúl Granda, presidente del IESS, pidió la renuncia de los cargos del nivel jerárquico superior de las 101 unidades médicas del país, equivalente a 713 puestos directivos. Consecuencia de actos de corrupción en dos hospitales de Guayaquil que involucran a las mal llamadas “máximas autoridades”: gerentes y directores administrativos expertos en “túneles” y “convenios de pago”.
Es positivo el anuncio de un nuevo Reglamento de selección de cargos directivos hospitalarios a través de méritos, experiencia e idoneidad. Reemplaza a la nefasta Resolución 377 de Ramiro González y María Sol Larrea, que permitió que abogados, ingenieros eléctricos, acuicultores, militares retirados y jóvenes tecnócratas gerencien hospitales. Devenidos en dictadores, asumen saber de atención médica más que el personal preparado.
Sin un modelo de gestión y administración, jugaron con la vida de los afiliados. Abarrotaron bodegas clandestinas con medicinas e insumos caducados y compraron equipos con sobreprecio. Consolidando un divorcio entre el personal administrativo (“mi gente”) de la “máxima autoridad”, frente a los profesionales sanitarios bajo la órbita de una “mínima” dirección médica. Perjudicados: los pacientes.
Auguramos que un nuevo modelo con incidencia de la atención primaria de salud con proyectos como “Prosalud” con médicos de cabecera, pruebas rápidas de laboratorio, adscripción territorial y corredores sanitarios, serán posibles si se rediseñan la organización y el gobierno del hospital, en donde el mayor protagonista no sea “El Gerente”, sino el ser humano: el paciente.
El impulso político y, más importante, el impulso social para hacer de los hospitales centros de talento y transparencia será primordial para este crucial cambio de tendencia propuesto en el Seguro Social.
Pablo Izquierdo Pinos
Paúl Granda, presidente del IESS, pidió la renuncia de los cargos del nivel jerárquico superior de las 101 unidades médicas del país, equivalente a 713 puestos directivos. Consecuencia de actos de corrupción en dos hospitales de Guayaquil que involucran a las mal llamadas “máximas autoridades”: gerentes y directores administrativos expertos en “túneles” y “convenios de pago”.
Es positivo el anuncio de un nuevo Reglamento de selección de cargos directivos hospitalarios a través de méritos, experiencia e idoneidad. Reemplaza a la nefasta Resolución 377 de Ramiro González y María Sol Larrea, que permitió que abogados, ingenieros eléctricos, acuicultores, militares retirados y jóvenes tecnócratas gerencien hospitales. Devenidos en dictadores, asumen saber de atención médica más que el personal preparado.
Sin un modelo de gestión y administración, jugaron con la vida de los afiliados. Abarrotaron bodegas clandestinas con medicinas e insumos caducados y compraron equipos con sobreprecio. Consolidando un divorcio entre el personal administrativo (“mi gente”) de la “máxima autoridad”, frente a los profesionales sanitarios bajo la órbita de una “mínima” dirección médica. Perjudicados: los pacientes.
Auguramos que un nuevo modelo con incidencia de la atención primaria de salud con proyectos como “Prosalud” con médicos de cabecera, pruebas rápidas de laboratorio, adscripción territorial y corredores sanitarios, serán posibles si se rediseñan la organización y el gobierno del hospital, en donde el mayor protagonista no sea “El Gerente”, sino el ser humano: el paciente.
El impulso político y, más importante, el impulso social para hacer de los hospitales centros de talento y transparencia será primordial para este crucial cambio de tendencia propuesto en el Seguro Social.